Como si fuese una broma, o simplemente por el afán contradictorio del ser humano, llamamos Tierra a nuestro planeta; cuando la mayor parte de la superficie de nuestro hábitat es agua.
Para ser más exactos la superficie terrestre está conformada por un 71% de agua. Esta enorme masa líquida está dividida en cinco océanos: Pacífico, el más extenso; Atlántico, Índico, Antártico o Austral y Ártico.
Estos cinco océanos dan origen a 73 mares, extensiones de aguas próximas a la costa y de menor profundidad; y albergan en sus entrañas a los cinco continentes existentes. De este modo, es ingenuo pensar que los padecimientos que sufran los océanos no afectarán directamente a los continentes, países, ciudades y finalmente a nosotros.
Sin embargo, los océanos, no siempre estuvieron ahí donde los vemos. Hubo un tiempo en que el agua no existía de forma líquida, sino que estaba presente en estado gaseoso, en las rocas del interior de
Cientos de millones de años después de haberse liberado grandes cantidades de vapor de agua, ésta se enfrió, trayendo como resultado que el agua contenida en la atmósfera se condensara para precipitarse en forma de torrenciales lluvias sobre la superficie de
Cuando tuvimos agua sobre el árido desierto que fue nuestro planeta, se produjeron reacciones químicas, las mismas que dieron lugar a compuestos más complejos que producirían la vida. No se sabe con exactitud en qué momento y cómo apareció la vida en nuestro planeta, pero las discrepancias se desvanecen para admitir unánimemente que la primera señal de vida se originó en el mar.
LAS BONDADES DEL LOS OCÉANOS
Sin embargo, los océanos no sólo originaron la vida; gracias a ellos, la vida persiste. Siendo inconcebible la presencia de seres vivos sin la existencia de estas enormes masas de agua.
Dos terceras partes de la superficie de
Otro beneficio de los océanos, es que a través de su interacción con la atmósfera, litósfera y la biósfera, crean las condiciones necesarias para hacer posible las distintas formas de vida del planeta. De hecho, sin los océanos la vida no existiría.
Asimismo, los océanos funcionan como grandes reguladores del clima y la temperatura, permitiendo almacenar grandes cantidades de calor y liberarlo lentamente.
De este modo los rayos solares que son absorbidos por el agua de mar, la calientan lentamente para que después el movimiento propio de estas masas de agua, transporten el calor de los trópicos hacia los polos, a través de una gran banda transportadora de calor.
Sin embargo, debido al calentamiento global, este ciclo natural muchas veces se ha interrumpido, dando origen a nefastas catástrofes naturales como ciclones, huracanes y tornados, los cuales son cada vez más calamitosos y mortales para las comunidades que se encuentran a su paso.
Debido a esto y en reconocimiento oficial del primer Día Mundial de Los Océanos, celebrado el 8 de junio, el secretario general de
Asimismo, Bernal enfatizó que los océanos "juegan un papel esencial en los aspectos de regulación del clima, ya que capturan el exceso de calor y los gases de efecto invernadero y los trasladan a las capas más internas de
Esta desinformación y el total desinterés dan como resultado que las millones de toneladas de dióxido de carbono que producimos todos los años y que absorben los océanos estén alterándolos, haciendo que sus aguas sean cada "más ácidas" provocando que el calcio se diluya, haciendo cada vez más difícil la formación de los arrecifes de coral, hábitat para gran cantidad de especies marinas.
¿QUÉ HACEMOS POR NUESTROS OCÉANOS?
Es invalorable la importancia de los océanos para la subsistencia de la humanidad, sin embargo, una pregunta nos invade como si de un fulminante reproche se tratase: ¿Qué hacemos por nuestros océanos? La respuesta es vergonzosa y simple. Por mejorarlos no hacemos nada, y muy por el contrario, pareciera que nos esforzamos con ahinco y dedicación en degradarlos.
Desde la segunda mitad del siglo XX, los recursos marítimos y los océanos son víctimas de una constante degradación a gran escala, produciéndose un grave deterioro debido a la pesca excesiva, la contaminación ambiental y el desmesurado crecimiento urbano costero.
Uno de los principales problemas es la pesca indiscriminada. El 75% de las reservas pesqueras de los océanos experimentan sobrepesca o están siendo extraídas hasta su límite biológico. Las flotas pesqueras son 40% más grandes de lo que los océanos pueden sostener, y la explotación pesquera es de dos a tres veces superior de lo que admite el ritmo de reproducción de los peces, originando una reducción del 90% en la población mundial de peces grandes.
Del mismo modo, cerca de 150 ballenas, delfines y marsopas mueren diariamente en todo el mundo a causa de los enredos con las redes de pesca, un promedio anual de 55 mil animales.
Otro hecho preocupante es que los océanos Atlántico, Pacífico e Índico se están calentando lentamente con una media anual de 0,06 grados centígrados desde 1955 debido al efecto invernadero. Este cambio climático podría dar lugar a un aumento del nivel del mar, pudiendo llegar a fines de siglo entre 9 y
Igualmente, otro hecho vergonzoso para la humanidad son los más de 70 mil productos químicos sintéticos que han sido descargados en los océanos del mundo. Solamente un pequeño porcentaje de ellos ha sido monitoreado, correspondiendo a los que están relacionados con la salud humana e ignorando los que producen un serio impacto ecológico.
Estas acciones, nos hacen pensar que se han convertido a los océanos en grandes basureros de vertidos urbanos, industriales, derrame de petróleo, fertilizantes, insecticidas o productos químicos (más de medio millón de diferentes sustancias), metales pesados, productos radioactivos, entre otros. Este descuido, ha producido en la actualidad más de 220 zonas muertas, donde el oxígeno es escaso y la vida se ha extinguido.