Quien sí ha "caído" en credibilidad ha sido la propia ministra, pues tales comentarios sin fundamento han lesionado la solvencia y seriedad de su alto cargo. Lo malo es que el presidente Alan García Pérez le creyó a pie juntillas, se quedó con la testa asustada y condenó duramente al pueblo Amazónico.
El embajador Ron Kirk, Representante Comercial de Estados Unidos (US Trade Representative), no ha reclamado ante el gobierno peruano ni tampoco ha notificado al congreso norteamericano sobre infracción al TLC. Ninguna autoridad de ese país ha sugerido que el TLC peligra.
Por transgredir el Convenio 169 de la OIT (ratificado por Perú en 1993), los decretos originales recibieron crítica generalizada y el gobierno peruano tuvo que retroceder, derogando algunos de ellos. No vale mucho que se emitan leyes, lo importante es que posean legitimidad para que el Estado las haga cumplir.
Increíble, nuestro avispado presidente olvidó cruzar información. Sugiero que cumpla lo que ofreció en campaña: Leer hasta la última línea el TLC, incluyendo el Protocolo de Enmienda. Por su parte, el Mincetur anuncia tener listos los decretos de reemplazo, cuando lo deseable es que la negociación con los pueblos amazónicos comience de cero.
El mejor modo de impulsar el TLC consiste en expandir los beneficios a la población. Entonces, resulta perentoria la ejecución de la Agenda Interna para compensar a "perdedores" y fortalecer a las Mipymes. Colombia aún no tiene TLC con EE UU pero desde el 2004 ha implementado su Agenda Interna en pos de elevar la competitividad en 28 departamentos y dos macro-regiones. Aquí, el Consejo Nacional de Competitividad no suena ni truena. Y el Ministerio de Producción avanza como "zombie" en apoyar el despegue de las Mipymes.
Perú sigue negociando en pos de abrir nuevos mercados, movilizando técnicos y recursos valiosos. Trataremos de satisfacer, en algo, la demanda de 300 millones de personas (TLC con EE UU) y de otros 1,200 millones (TLC con China). Se han tenido que modificar y crear leyes internas para adecuarnos a las obligaciones contraídas. He aquí una pregunta. ¿Por qué el Ejecutivo sí puede negociar, ceder, hacer concesiones y firmar compromisos para atender mercados y culturas extranjeros pero, sin embargo, no dialoga igual para solucionar los reclamos de nuestra gente?
Hay que ampliar el enfoque y las siglas de los TLC, a fin de convertirlos en TLCIS, con IS de Inclusión Social.