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VÍCTOR RAÚL Y SU IDEARIO POLÍTICO

Vida y obra de un peruano ilustre
Víctor Raúl Haya de la Torre fue el fundador del primer partido político de masas en América Latina. En el año 2000, la BBC de Londres lo incluyó dentro de las personas más influyentes en el pensamiento latinoamericano. En la actualidad, su accionar y propuestas políticas son estudiadas en las universidades más prestigiosas del continente. Hace 30 años, un 2 de agosto de 1979 pasó a la inmortalidad quien fuera -según algunos analistas- el político más destacado del Perú.
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VÍCTOR RAÚL Y SU IDEARIO POLÍTICO

No podemos analizar la historia del pensamiento y la práctica política de América Latina sin las ideas de Víctor Raúl Haya de la Torre, ilustre intelectual y político peruano, quien en el año 2000 fue elegido en una encuesta realizada por la BBC de Londres, como una de las 10 personas más influyentes en la historia y evolución de las ideas de Latinoamérica.

 

Le decían el jefe, maestro, el viejo, o simplemente Víctor Raúl. Haya de la Torre nació en Trujillo el 22 de febrero de 1895, fue el mayor de cinco hermanos. Su padre Raúl Haya, provenía de la serranía de La Libertad; por el contrario, su madre Zoila Victoria de la Torre procedía de la alta aristocracia de Trujillo.

 

Víctor Raúl estudio su primaria y secundaria en los seminarios de San Carlos y San Marcelo, en Trujillo. Terminada la secundaria, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, ahí conocería a los integrantes del "Grupo Norte", quienes tenían como inspirador y guía al filósofo y escritor Antenor Orrego.

 

Entre los integrantes del "Grupo Norte" o "La Bohemia de Trujillo", como los bautizó el rapsoda Juan Parra, se encontraba el poeta Cesar Vallejo y el escritor Alcides Espelucín. Las extensas noches de infatigables tertulias del "Grupo Norte" galvanizaron las inquietudes políticas de Víctor Raúl.

 

Sin embargo, Trujillo era una ciudad estrecha para una mente tan amplia como la de Haya de la Torre. Por este motivo, en 1917 viajó a Lima, centro de la intelectualidad peruana de aquellos años. Apenas llegó a la capital se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

 

Dos semanas después de ingresar a San Marcos, cumplió uno de sus más anhelados deseos: conocer a Manuel Gonzales Prada, fustigador implacable de la inmoralidad política, quien con sus escritos virulentos y reformistas había cautivado a la juventud peruana.

 

Manuel Gonzales Prada militó a favor del establecimiento de las ocho horas de trabajo para los obreros; asimismo, propuso que obreros e intelectuales se agruparan y se encaminaran a una revolución de carácter intelectual. Estas ideas  influyeron notablemente en el joven Víctor Raúl. A tal punto que Adriana Berneuil, esposa de de Gonzales Prada, reconoció en Haya de la Torre al "único heredero" del pensamiento de Don Manuel.

 

LA VIDA COMO POLíTICA

 

Haya de la Torre tuvo un único amor en su vida: la política. Es conocida su famosa frase: el APRA es mi mujer y ustedes son mis hijos. En alusión al partido político que fundó y a los compañeros que compartían sus ideales.

 

Desde muy joven vivió con intensidad la pasión de enfrentarse a la multitud, exponer sus ideas, convencer a la muchedumbre, e imponerse al poder por conquistar el bien común.

 

Su primera incursión política fue en 1919 participado en la lucha por el establecimiento de las ocho horas de trabajo y liderando el movimiento a favor de la reforma universitaria en el Perú. Aquí se mostraría como un líder nato. Ese mismo año, es elegido presidente de la Federación de Estudiantes del Perú.

 

En 1919, Víctor Raúl apoya la candidatura presidencial de Augusto B. Leguía, el mismo que en 1923 apresaría a Haya de la Torre, recluyéndolo en la prisión de El Frontón, donde se declara en huelga de hambre; siendo deportado a Panamá seis días después.

 

De Panamá se traslada a México, donde  funda el 7 de mayo de 1924, la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). La opción política inicial de Haya era consolidar la unión de Indoamérica, formando un gran movimiento que pudiera representar a las masas excluidas de la "América India".

 

Culminado el oncenio de Augusto B. Leguía, Haya de la Torre retorna al Perú, postulando a sus 36 años como candidato presidencial en las elecciones generales de 1931 por el Partido Aprista Peruano.

 

En aquella época, la campaña aprista introdujo medios novedosos e inusuales en las elecciones peruanas: pintas de propagandas en diversas ciudades del país; himno propio: "la Marsellesa aprista"; inclusión de los no votantes: JAP (Juventud Aprista), CHAP (Chicos Apristas); bandera que identificaba al partido; denominación a los integrantes del partido político, llamados "compañeros"; y la famosa arenga "seasap": "Solo el APRA salvará al Perú".

 

Según el Tribunal Electoral que dirigió esta elección, Víctor Raúl ocupó el segundo lugar detrás de Luis Miguel Sánchez Cerro. Este es un proceso bastante cuestionable en la historia del Perú. Haya de la Torre y el APRA nunca reconocieron los resultados oficiales ni al nuevo gobierno.

 

El gobierno de Sánchez Cerro se mostró autoritario y represivo. Haya de la Torre fue apresado. Las protestas populares aumentaron por todo el país. En Trujillo se produjo un enfrentamiento entre el pueblo y las Fuerzas Armadas. La insurrección aprista fue duramente reprimida, cientos de apristas fueron detenidos y miles fusilados en las ruinas peruanas de Chan Chan. Aquel 1932 fue denominado "El año de la barbarie".

 

En las elecciones de 1936, el entonces clandestino APRA apoyó a Luis Antonio Eguiguren quien resultó electo. Sin embargo, el Congreso invalidó la elección debido al apoyo aprista. En 1945 el APRA vuelve a la legalidad participando en la coalición del Frente Democrático Nacional: Haya de la Torre, óscar R. Benavides y José Luis Bustamante y Rivero, este último, quien encabezaba la alianza, se convirtió en Presidente Constitucional de la República.

 

Gracias a la mayoría obtenida, Haya y el APRA lograron aprobar diversas medidas justas para el pueblo peruano, presionando algunas veces para conseguir sus objetivos. Esto provocó la desestabilización del régimen y una etapa de desgobierno, poniendo en aprietos a Bustamante.

 

Bustamante se vio obligado a gobernar mediante decretos leyes, proscribiendo nuevamente al APRA. Finalmente, todo esto confluyó en el golpe de Manuel A. Odría. Bustamante fue deportado y Haya de la Torre fue perseguido, refugiándose en la embajada de Colombia en Lima, durante más de cinco años.

 

[]Recién en 1956, el APRA vuelve a la legalidad. En las elecciones generales de 1962 Haya se lanzó por segunda vez como candidato presidencial, obteniendo 558,237 votos frente a los 534,824 de Fernando Belaúnde Terry y a los 48,404 del ex presidente Manuel Odría. Sin embargo, como no obtuvo el porcentaje necesario para ser proclamado presidente, la elección sería decidida por el Congreso, como lo establecía la Constitución de 1933.

 

Las Fuerzas Armadas del Perú temían que Haya llegara al poder, manifestando su contrariedad; informado de esto, []Haya estableció una alianza con Manuel A. Odría, cediéndole los votos apristas. No obstante, las Fuerzas Armadas se pronunciaron en contra del virtual presidente Odría. Se produce un golpe de Estado encabezado por el general Ricardo Pérez Godoy.

 

Posteriormente, en las elecciones generales de 1963, ganó Fernando Belaúnde Terry con 39% frente al 34% de Haya. En 1968 Belaunde fue depuesto por un golpe militar encabezado por el general Juan Velasco Alvarado. Los partidos políticos, entre ellos el APRA, fueron proscritos y sus bases populares perseguidas.

Haya de la Torre lideró la presión popular contra el gobierno militar para que los militares vuelvan a sus cuarteles y se restituya la democracia. El 28 de julio de 1976 se anunció una Asamblea Constituyente, la misma que se realizaría recién en 1978.

 

Haya de la Torre fue elegido con la más alta votación como diputado constituyente, y fue designado unánimemente para ejercer la presidencia de la Asamblea. En un acto simbólico, Víctor Raúl cobró un sol por el ejercicio del cargo.

 

Víctor Raúl Haya de la Torre firma la constitución de 1979, pocos días después, el 2 de agosto del mismo año, muere. Su cuerpo fue trasladado en un masivo y singular recorrido de 560 kilómetros desde Lima hasta Trujillo, donde fue sepultado. En su epitafio se puede leer: "Aquí yace la luz".

 

El PENSAMIENTO DE HAYA DE LA TORRE

 

Haya de la Torre fue un líder, pensador y político de extraordinario valor, cuya extensa producción alcanzó enorme resonancia en América Latina.

 

En su etapa de fundación, el objetivo del APRA fue la organización en Indoamérica de lo que Haya denominó el "frente único internacional de trabajadores manuales e intelectuales" en torno a un "programa de común de acción política", donde los cinco puntos principales fueron: Acción contra el antiimperialismo, unidad política de América Latina, nacionalización de tierras e industrias, internacionalización del Canal de Panamá y solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.

 

El esfuerzo de Haya fue el de crear una ideología política que se acomodara mejor a nuestra circunstancia y realidad, con la intención que este pensamiento, y sus instrumentos de aplicación, los partidos democráticos, tengan una articulación internacional para posibilitar el desarrollo de Latinoamérica.

 

De esta manera, Haya de la Torre pretendió formar una ideología política regional ajustada al "espacio-tiempo histórico indoamericano". Su intención fue la de "deseuropizar" el pensamiento político latinoamericano, entonces tan dependiente como en la actualidad de las doctrinas europeas.

 

Para Haya de la Torre, la dimensión del "tiempo histórico", diferente del "tiempo cronológico", no puede medirse con relojes ni calendarios. Cada comunidad humana tiene una percepción diferente del tiempo. "Esta es una noción muy relativa", sostiene Haya. "Existe un tiempo histórico chino y otro africano, norteamericano o europeo". Esto hace que "lo que es ultimo en Europa pueda ser primero en Indoamérica".

 

VIGENCIA DEL PENSAMIENTO DE VíCTOR RAúL

 

No podemos negar que algunos de los postulados de Haya de la Torre, por la inclemencia del tiempo y el vertiginoso cambio de la sociedad son difíciles de aplicarlos a la realidad actual, pero del mismo modo, podemos sostener que muchas de sus propuestas se mantienen vigentes.

 

Haya de la Torre redireccionó su pensamiento, manifestando que el imperialismo no es necesariamente invasivo. No es la penetración de soldados y cañones. El imperialismo se manifiesta en la inversión que abusa. Sin embargo, la inversión justa es necesaria. Con la inversión hay que saber tratar, negociar es imprescindible; porque el capital es la tecnificación y la modernidad.


La inversión extranjera no es una lucha de David contra Goliat, todo depende de la capacidad de negociación y de defensa de los intereses del Estado. Un gobierno debe comprender que la inversión extranjera es ambivalente; que es negativa cuando se permite el abuso, pero puede generar desarrollo y progreso cuando se negocia con la frente en alto. Haya señaló que no es necesario tomar la riqueza de quienes la tienen, sino crear nueva riqueza.

 

De este modo, Víctor Raúl manifestó que "necesitábamos del capital, pero en condiciones iguales". No se negó a la inversión, pero rechazó la desigualdad de condiciones para negociar. Del mismo modo, sostuvo que un buen gobierno está ligado al conocimiento de la economía, debido a que las cuestiones de Estado requieren que un país tenga para su desarrollo cifras aceptables para el mundo.

Haya de la Torre convirtió la integración Americana de Bolívar en un proyecto económico. La unión económica de América Latina es fundamental para crear un Estado que haga frente al enorme poder económico de los países desarrollados.

 

Un caso palpable en la actualidad son los países integrantes de la Unión Europea, quienes se han consolidado como un único bloque económico, habiendo logrado considerables mejoras; a pesar que está unión fue entre países desarrollados, es innegable que la alianza económica-social les aporta grandes beneficios.

 

En una de sus últimas obras titulada "Mensaje de la Europa Nórdica", Víctor Raúl manifestó su admiración por las naciones de Europa del Norte, en especial por Suecia, país con un nivel de educación elevado, donde la salud es gratuita y universal, la pobreza no existe y el nivel de vida es uno de los mejores del mundo. Este fue un modelo ideal nación para Haya de la Torre.

 

En el aspecto ideológico, Haya creía en la justicia social y lo que actualmente se conoce como socialdemocracia. Aspiraba a niveles de vida aceptables en el país: a una educación digna, un trabajo digno, una vivienda digna, un sistema de salud eficiente. En conclusión, un país con suficientes oportunidades para todos sus habitantes.

 

Finalmente, su tesis de espacio-tiempo histórico, es quizás la señal irrefutable que legó a las generaciones futuras, el mejor instrumento para comprender su realidad de la sociedad en que les toque vivir; pues no hay una fórmula universal para todas las sociedades, señala Haya, ni siquiera la misma solución será aplicable en una misma sociedad en épocas distintas.

 

Víctor Raúl no quiso que el aprismo se entienda como una idea estática, ni como una tormenta de pensamientos sin concepción en el tiempo. Como el mismo Haya diría, "queremos que vengan generaciones nuevas y nos venzan, no con nuevas luchas… sino con ideas, porque son las ideas las parteras de la historia, las hacedoras del tiempo, las que hicieron los grandes momentos de la historia, las que forjaron con barro y esfuerzo las grandes revoluciones".
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