MOTOTAXIS ELECTORALES

Hoy no solo se han convertido en un potencial peligro en las calles de Lima, sino también, en un sector atractivo para todo aquel que tenga aspiraciones políticas. Ya lo demostró el actual presidente Alan García quien en las elecciones pasadas tuvo un apoyo considerable por parte de esta emergente población electoral.

El problema radica cuando las municipalidades conjuntamente con la Policía Nacional no encuentran la fórmula para normar esta modalidad de viaje que hace tiempo está generando molestias en los pasajeros.

Y la alternativa no está mal pues para zonas cercanas cae bien llegar a tu casa en mototaxi luego de ir de compras al mercado de la zona, pero lamentablemente, el servicio no pasa por un control adecuado que permita que el usuario se sienta tranquilo en su viaje. Hay denuncias de violaciones, secuestros, robos y maltratos en todos los distritos, especialmente en los conos donde los mototaxistas han echado raíces.

Es tal el crecimiento de estos vehículos que, prácticamente, han reemplazado a los autos y buses y circulan con normalidad en las principales avenidas de Lima, a vista y paciencia de las autoridades policiales, aún cuando constituyen un potencial peligro.

Incluso, en muchas ocasiones, sus choferes son menores de edad que manejan desinteresados, sin licencia de conducir y con el volumen de la radio contagiando cumbia para todos. Va a tener que sucede algo muy trágico para que el gobierno central tome alguna medida para frenar el avance desmedido de estas unidades de transporte.

Por el momento, ningún político avizora un problema dentro de este sector, al contrario, hay un silencio cómplice de caras a las elecciones municipales del 2010 porque pelearse con esta masa de trabajadores es perder la elección por adelantado.

Por el lado social y económico, tener un mototaxi también es una alternativa para un ingreso extra en la canasta familiar de las clases medias bajas, más aún, cuando hay muy pocas empresas formalizadas y la mayoría de mototaxistas -todavía muchos los llaman taxicholos- trabajan desconociendo normas elementales de tránsito y evadiendo impuestos, por lo tanto, es una renta fija que viene bien en tiempos de crisis.

Como dije líneas arriba, para que la situación tenga cierta normatividad tienen que suceder una serie de sucesos que asombren a la opinión pública, de lo contrario, las mototaxis seguirán circulando sin la mínima noción de seguridad ni servicio público.

A mi juicio, debería prohibirse la circulación de estos vehículos en las principales avenidas de los distritos y su paso solo debe permitirse en calles y jirones sin interferir la normal circulación de las unidades de transporte público. No se puede concebir que se desplacen sin problemas por la Panamericana Norte o la avenida Túpac Amaru del Cono Norte sin medir las consecuencias.

Para este objetivo hace falta un seguimiento más riguroso por parte de las gestiones municipales, y por supuesto, sanciones permanentes por parte de los policías.