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REVISTA

ESCLAVITUD Y EXPLOTACIÓN

La historia sin fin
El 23 de agosto, celebraremos el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición, fecha para reflexionar sobre dos preguntas: ¿hasta dónde puede llegar la barbarie humana? y ¿hasta cuándo permitiremos que se prolongue?
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ESCLAVITUD Y EXPLOTACIÓN

El ser humano es el único animal que somete a explotación a sus congéneres. Los pretextos son tan diversos como su malsano accionar que lo conlleva a realizar esta reprochable práctica.

 

La esclavitud se dio siempre, casi a la par que la humanidad realizaba progresos en las ciencias y las artes; la necedad humana imponía su cuota de evolución a través del sometimiento de otras personas para beneficio propio. Sin embargo, el comercio humano a gran escala, no se produjo hasta la llegada de los conquistadores a diversas partes del mundo.

 

La trata de personas a niveles masivos y avalados por sus respectivos gobiernos, quienes legalizaron y consideraban la venta de esclavos como un ingreso a sus arcas fiscales, se inicia en el siglo XV con las primeras colonizaciones en África, continente donde se capturaba a sus pobladores, para venderlos como mercancía, principalmente a colonizadores de nuevas tierras. De este modo, se inicia la expansión, de lo que sería el negocio más vergonzoso que haya emprendido el ser humano: la trata de personas.

 

HISTORIA DE LA ESCLAVITUD

 

Los mercaderes musulmanes, fueron los primeros en desarrollar en África la práctica del comercio de esclavos. Posteriormente, cuando los españoles conquistaron y colonizaron América se institucionalizó el esclavismo en nuestro continente.

 

Los indígenas no estaban acostumbrados a los duros trabajos de las minas y plantaciones, motivo por el que miles de ellos perecieron. Una vez cristianizados, se convertían en súbditos de la monarquía, lo que planteaba problemas legales para su esclavización. Como reemplazo a la mano de obra indígena, los españoles comenzarán a llevar esclavos africanos a América.

 

Los portugueses imitaron esta práctica en su colonia del Brasil, convirtiendo a Lisboa en el mayor centro de comercio de esclavos de Europa en el siglo XVI. Más tarde, los demás países europeos con posesiones en el Nuevo Mundo harían lo propio. Se calcula que entre los siglos XVI y XIX, unos doce millones de africanos, de los cuales alrededor de una cuarta parte murió en el camino, fueron trasladados a América.

 

Posteriormente, Inglaterra se convirtió en el país que más beneficios económicos obtuvo con el comercio de esclavos. A finales del siglo XVI y principios del siglo XVIII, el Reino Unido empezó a competir por el derecho a abastecer de esclavos a las colonias españolas, detentado hasta entonces por Portugal, Francia, Holanda y Dinamarca. En 1713, la British South Sea Company consiguió el derecho exclusivo de suministro de esclavos a estas colonias.


LA DURA LUCHA

 

A través de la historia fueron muchos los movimientos, rebeliones y batallas que se libraron a favor de la libertad, uno de los más conocidos quizás sea el Éxodo, realizado por Moisés, quien liberó a los hebreos de la tiranía egipcia. Pese a que no hay documento arqueológico que lo respalde, se calcula que el Éxodo se realizó en el año 1446 antes de Cristo.

 

Otro episodio histórico de la libertad de esclavos, es el encabezado por el mítico Espartaco, entre los años 73 y 71 a. C. El esclavo romano junto a 70 hombres encabezó una de las huidas más memorable de la historia; una vez obtenida la libertad se enfrascaron en una serie de robos y saqueos para beneficio personal.

 

Fueron muchas las batallas que se libraron en todo el mundo a través de la historia. No obstante, ninguna de ellas tuvo repercusión posterior en otras partes, ni provocaron grandes cambios o reconocimiento de derechos.

 

Habría que esperar hasta la memorable noche del 23 de agosto del 1791, y situarnos en Haití, antigua colonia de Francia, para presenciar lo que seria el día más memorable contra la esclavitud. Aquí, el esclavo liberto François Dominique Toussaint-Louverture, iniciaría la Revolución Haitiana, una de las revoluciones más importantes, la misma que tendría como consecuencia el fin la legalidad de la esclavitud en Haití, sentando un precedente de la abolición de la esclavitud en el mundo.

 

No obstante, a pesar de las batallas ganadas contra la esclavitud, no podemos negar que aún quedan rezagos de ella, aunque actúen en la clandestinidad. Según manifestó Sanna Saartos, experta en la lucha contra el trabajo forzado y discriminación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT): "El trabajo forzado y la trata de personas es la versión moderna de la esclavitud, algunas veces más sutil que la esclavitud en su sentido histórico, motivando que las víctimas no sean consientes de la gravedad e injusticia a la que están siendo sometidas".

 

"La trata de personas comienza con el reclutamiento y sigue con la extirpación de la persona de su familia o lugar de origen, mediante el traslado hasta un destino extraño para ellos, donde son más vulnerables al maltrato, explotación sexual o laboral, el comercio de órganos, el tráfico de droga o la participación forzada en conflictos armados. Este negocio ilícito capta a sus víctimas de los sectores más desprotegidos, puesto que se nutre de la pobreza, la falta de trabajo, el subdesarrollo, la ignorancia, la discriminación, la indefensa de los niños, la violencia familiar y las restricciones migratorias".

 

Por su parte, el Programa de Población de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha estimado que la trata de personas afecta a más de 4 millones a nivel mundial, 20% de los casos corresponde a niños. Igualmente, la Onude (oficina de la ONU contra la droga y el delito) resalta que el 79% de las víctimas son explotadas sexualmente, siendo la mayoría mujeres.

 

Igualmente, la OIT señaló en su informe presentado en el 2005, que más de 12 millones de personas padecen situaciones de trabajo forzoso, de las cuales 1.2 millones están en América Latina. Y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calcula que uno de cada ocho niños en el mundo está empleado en las peores formas de trabajo infantil y más de un millón son víctimas de la trata de personas.

 

La trata de personas es la tercera actividad delictiva más rentable, solamente detrás del tráfico de armas y drogas. Según Maximiliano Hairabedian, autor del libro "Tráfico de personas" las formas y fines varían: en Europa la explotación con fin sexual es la más difundida; en África y América Latina se destaca la laboral.

 

Asimismo, la procedencia de las víctimas es variable. Según regiones, en Argentina, Bolivia, Paraguay y Perú se produce a nivel nacional, desplazando personas del campo a la ciudad; en Colombia, se suele utilizar a las victimas con fines de reclutamiento guerrillero o paramilitar.

 

En la actualidad se han dado leyes a nivel mundial contra la trata de personas y el trabajo forzoso, como el Protocolo de las Naciones Unidas para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños; donde se enfatiza que ninguna nación firmante puede judicializar a una persona que haya sido víctima de trata de personas, por cualquier delito que haya cometido, en relación con su experiencia como víctima de este delito.

 

De acuerdo al Protocolo de las Naciones Unidas sobre el tema, incurre en el delito de trata de personas quien capte, traslade, reciba o acoja a una persona, con fines de explotación. Aunque dicho protocolo enmarca la trata de personas como un crimen transnacional, se registran casos de trata de personas al interior de un mismo país. Estos casos se conocen como casos de "trata interna".

 

EN EL PERÚ

 

"A nivel de Latinoamérica, el Perú, es el segundo país, después de Brasil, que más se ha preocupado por la lucha contra el trabajo forzoso, habiendo obtenido reconocimientos de la OIT, por los avances que ha realizado en los últimos cuatro años", señala la especialista de la OIT, Sanna Saartos.

 

Sin embargo, el trabajo forzoso y la trata de personas es una realidad en nuestro país. La OIT y el Ministerio de Trabajo realizaron en el 2005 un estudio donde se estima que unas 33 mil personas son víctimas del trabajo forzoso en la extracción de madera en Madre de Dios y Ucayali. "Uno de los principales factores es que en la zona hay un mercado laboral casi inexistente", indica Saartos.

 

Asimismo, la ONG Capital Humano y Social Alternativo ha señalado que en el Perú existe trata de personas en todo el territorio, que son traídas desde los poblados lejanos de costa, sierra y selva, a las ciudades. Sin embargo, las denuncias frente a este delito son mínimas. Desde el 2004, la Policía Nacional de Perú (PNP) cuenta con una unidad especializada en la trata de personas, habiendo registrado entre el 2004 y el 2007 solo 40 casos y 14 denuncias en todo el Perú.

 

Esta vergonzosa historia sin fin que es la lucha contra la esclavitud, aún no termina. Por este motivo, el 23 de agosto, en conmemoración a la Revolución de Haití, celebraremos el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición. No está de más recordar las palabras de Director General de la Unesco, Koichiro Matsuura: "Este Día Internacional está destinado a llevarnos a reflexionar sobre un pasado trágico, sin duda lejano, pero cuyas secuelas siguen nutriendo las injusticias y exclusiones de nuestra época".
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