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"MIENTE, MIENTE QUE ALGO QUEDA"

Bolivia
Sí, este es un viejo dicho que le era constantemente susurrado al oído a Adolfo Hitler por uno de sus más influyentes colaboradores. El tristemente recordado dictador lo escuchó y lo aplicó. Así logró su objetivo: mantener a todo un pueblo sojuzgado y conquistar a otros con un inicial gesto de amistad que pronto se convertiría en anexión a su territorio, el imperio alemán.
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'MIENTE, MIENTE QUE ALGO QUEDA'

Esto sucedió hace decenas de años. Sin embargo, al parecer hay uno que otro mandatario del siglo XXI que aún considera válida y permitida esta forma de engañar. Uno de ellos es, sin duda, Evo Morales Ayma, Presidente Constitucional de la República de Bolivia.

 

Es difícil escuchar a don Evo y a sus más cercanos colaboradores, como el vicepresidente Álvaro García Linera, y no preguntarse: ¿por qué tanta diferencia de discurso? Un discurso que parece acomodarse a cada estrato. ¿Por qué esas palabras que en muchos casos  llegan incluso a la mentira y el llamado a la confrontación entre bolivianos? ¿Por qué?

 

Un claro ejemplo: durante la realización de la primera reunión de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), el pasado jueves 22 de mayo en Brasil,  en la que don Evo Morales alabó sin límites y sin sonrojarse a la nueva Constitución Política Boliviana, considerándola como "lo mejor" para su país.

 

Sin embargo, este documento fue aprobado por su partido MAS en Sucre, sin presencia de la oposición, en un cuartel militar, con resguardo sindical, policial y militar. Valgan verdades, es una Constitución rechazada por la mayoría de la población. Al escuchar a Don Evo, muchos quedaron estupefactos, sobre todo cuando sostuvo que este documento es "el camino que los bolivianos sabemos que  necesitamos para fortalecer la democracia".

 

Es de preveer que todos los allí presentes conocen la cruda y difícil situación boliviana y que la nueva Constitución que pretende imponer Evo Morales es precisamente la causante de muchos muertos, heridos y constantes enfrentamientos en todo el territorio nacional. Entonces, ¿por qué mentir abiertamente en un foro internacional?

En Bolivia cada día son menos los que creen en sus palabras y promesas de "un cambio". Y no es para menos, con una inflación galopante, enfrentamientos por posiciones políticas en distintos puntos del territorio, heridos y muertos, es muy difícil pensar que ese es "el cambio pacífico" que no se cansa el Presidente de prometer.

Y ni qué decir de las relaciones con algunos países hermanos como el Perú. "Es muy difícil de comprender", como lo señaló el 24 de mayo un editorial del diario La Prensa, que además afirmó, "sin que medie provocación alguna, las declaraciones oficiales de los representantes nacionales suelen poner en duda la transparencia y las intenciones de países amigos hacia nosotros, pese a que la relación con ellos deja  un saldo positivo a nuestro favor".

 

Este editorial se refiere también a las acusaciones que se formularon contra el Perú, a poco de regresar don Evo de la V Cumbre ALCUE celebrada en Lima. El Presidente dijo que el Perú estaría negociando "a escondidas" tratados de libre comercio con la Unión Europea, acusándolo de "conspirar", junto con Estados Unidos, para conseguir la extradición de Walter Chávez, ex asesor de Evo Morales.

 

Aunque resulte difícil de creer, el canciller boliviano, David Choquehuanca, tal como lo recoge La Prensa, llegó a decir que ese supuesto comportamiento del presidente peruano Alan García "obedece a un ataque de celos porque Evo Morales goza de mucha popularidad en Lima".

 

Y ni qué decir de Estados Unidos. Al Embajador Philip Goldberg ya deben aburrirle, más que preocuparle las diatribas que oficialmente se lanzan contra su gobierno y hasta contra USAID, agencia de ayuda del gobierno norteamericano, a la que don Evo ha puesto en la mira para que deje pronto suelo boliviano.

 

Pero no nos desviemos. Lo dijimos antes y lo reiteramos: el discurso depende del público al que se dirija. Si las palabras de don Evo y su entorno, van  dirigidas a los miles de cocaleros bolivianos -que cada día cobran mayor fuerza en Bolivia como grupo de choque a favor del gobierno-, los discursos y promesas se tornan más beligerantes y hasta peligrosos.

 

Según un "informe confidencial" de la Policía Nacional, el pasado 14 de marzo en el Chaparé, centro más importante de cultivo de la hoja de coca, el presidente de las seis Federaciones Cocaleras de Bolivia y Evo Morales, escucharon a los campesinos pedir a gritos armas para su lucha contra "el imperialismo y la oligarquía responsable de la pobreza". Hasta propusieron sustraerlas de las Fuerzas Armadas.

 

Ante ello, Evo Morales afirmó que quitárselas a las Fuerzas Armadas o policiales no era justo porque estaban con el cambio e instó a los cocaleros a seguir apoyándole, pero sin negarles lo que habían solicitado. Este informe fue revelado por el prefecto de Cochabamba, capitán Manfred Reyes Villa, opositor al gobierno y propalado por una vez, por una  sola emisora… Luego, silencio total.

 

Resulta casi imposible evaluar cuál es el cambio que pretenden Don Evo y su entorno. Seguramente no es la división de Bolivia, pero es obvio que están ?a un paso? de lograrla. No olvidemos a Santa Cruz, cuya población ya ejerce su autonomía, ganada por referéndum el pasado 4 de mayo, a la que se suman, el próximo 1 de junio,  Beni y Pando. Y el 22 del mismo mes el departamento de Tarija.

 

Sí. Hablamos de los cuatro departamentos más ricos de Bolivia. Cuatro departamentos autónomos, con sus gobernadores y sus leyes, muy ajenas a las del Estado boliviano. Esto sucede le guste o no a muchos seguidores de don Evo y a su propio gobierno que, según ha dicho, ansía un Estado como Cuba.

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