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REVISTA

VOLEY PERUANO

Reverdece los laureles
En nuestra edición anterior presentamos un artículo de Luis Lagos sobre la selección de menores de voley de nuestra patria, los éxitos logrados y los desafíos por delante. Ahora rescatamos este aporte hacia la reflexión escrito por uno de nuestros fieles usuarios que radica en España.
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VOLEY PERUANO

Es necesario lanzar las campanas al viento porque era necesario que el voley peruano esté, de nuevo, entre los mejores del mundo. Es muy necesario el apoyo de las empresas y ojalá haya una buena coordinación entre las autoridades del deporte nacional para que esta joven selección logre todo lo que haya que lograr y más.

Hay que hacer que las condiciones se den mediante un real asesoramiento de profesionales entendidos y capaces; es decir, psicólogos, médicos deportivos, dietistas, preparadores físicos y analistas situacionales.

Que las muchachas fortalezcan su espíritu para afrontar situaciones límite. Que cada profesional haga su trabajo a conciencia: que les preparen la mente ante cada o determinada situación, para según ello hacer la planificación sistémica grupal y así cada una sepa el papel que le toca jugar.

Que les hagan saber sus posibilidades competitivas según sus características antropométricas y les hagan entender que se deben ingerir alimentos según determinadas características de esfuerzo y recuperación de energías.

Aquí en España, el tenista Rafael Nadal por ejemplo, en el descanso entre algún set, suele comer tres plátanos para recuperar con gran rapidez el potasio que pierde en el partido.

También cito el caso del campeonato de la Copa América de Vela donde el equipo español logró ubicarse primero en varias etapas gracias a que su entrenador preparó con tiempo al equipo sobre la forma de alimentación, modificando el consabido desayuno, almuerzo y cena por comidas horarias y con determinados valores proteicos, de calcio, electrolitos, etc.

Que las muchachas vean todas las veces que sean necearias, dos situaciones muy importantes en el deporte peruano: caso "Romerito" en el box, para que comprendan que la confianza mal administrada o mal entendida te lleva al fracaso y a nuestra frase "casi lo logré"; y el caso del segundo puesto de nuestra selección de voley en las olimpiadas, en que faltándonos casi nada para conseguir la medalla de oro, las rusas nos ganaron.

Que vean las reacciones personales de nuestras jugadoras en aquel entonces y -de ser posible- convoquen a las artífices de ese momento para que les expongan lo que les pasó en esos minutos cruciales. Y si tienen la explicación del por qué no lograron el punto definitivo, que lo procesen y asimilen.

Que vean cómo el entrenador soviético gritaba palabras de ánimo a sus jugadoras para que se sobrepongan a lo que estaban pasando y así lograron modificar toda su actitud.

Que les hagan comprenden y conocer lo que significa la correcta administración de las energías, cómo debe dosificarse el esfuerzo para que no se repita, por ejemplo, el caso del tenista peruano Jaime Yzaga quien también perdió a punto de ganar su segundo Roland Garros, porque nadie lo asesoró ante su problema con el ácido láctico.

O el caso del futbolista “Cachorro” Castañeda, de la famosa selección de México 70, que hacía tanto esfuerzo que en cada partido perdía cinco kilos en transpiración y le era imposible mantener su estándar de rendimiento.

Que sepan que el público está allí como espectador y no define nada: que vean la final del campeonato mundial que se hizo en Lima donde nos enfrentamos a la selección de China y el Amauta estaba a punto de reventar. Todos creían que toda la afición animaría al Perú en forma cerrada, pero de pronto al anunciar a las selecciones, miles de banderas y gritos eran de los 'chinos peruanos' a favor de la selección rival que finalmente campeonó. No obstante, nuestra selección había hecho uno de los más grandes papeles, eliminado a Cuba y Estados Unidos con una maravillosa coordinación de juego y actitud de la jugadoras peruanas.

Finalmente, aunque esto sea lo más difícil, que el periodismo mercenario, por vender noticias y crear falsas expectativas, no se inmiscuya en la salud psicológica de las jugadoras haciéndoles creer que los hitos que logren merecen tal o cual premio individual, sembrando entre ellas el egoísmo y por tanto el resquebrajamiento de la unidad de grupo y el enfrentamiento soterrado.

Por eso deben capacitarlas convenientemente para que sepan cómo hacer sus declaraciones, aún cuando se esté en el calor de algún resultado negativo del partido. Que no ofendan a las compañeras porque es bien sabido que muchas veces una palabra mal dicha hiere más que 100 puñales y esa herida es muy difícil de cicatrizar. Y algo fundamental, es desarrollar la capacidad para remontar  las frustraciones y convertirlas en energías de superación positiva.

Perdonen que la pasión por lo nuestro me haga hacer tantas reflexiones, pero espero que si les consideran algún valor, sirvan para llegar a quienes tienen las responsabilidades correspondientes y canalicen nuevas visiones y acciones hacia el éxito.

Que nuestras jóvenes tengan la capacidad y virtud de transformar nuestra consabida conducta derrotista a expectante de seguros triunfos.

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