El año electoral empieza así con sicosociales burdos, con una televisión frívola, un Congreso peor que lamentable, un gobierno ahogado en indicios de corrupción, un elenco de candidatos que no entiende que el país exige de pronunciamientos firmes.
Los que nos indignamos con la aparición de estos letreros que llaman a la frivolización y deterioro de la política, ya no sabemos si hacer un llamado a la juventud.
El Perú, por obra y gracia de un presidente sin límites, que desea nuestra destrucción institucional, que miente y manipula sin control político y mediático, no puede seguir descendiendo tanto.
Muchas personas se ríen de este burdo acto de distracción. Será la cortina ideal de repente para la liberación del sujeto que responde al nombre de Rómulo León. O el humo que encubre la incompetencia de un gabinete que con el Congreso son los peores conjuntos políticos de todos los tiempos.
Porque no solo tenemos el peor Parlamento sino también el peor gabinete de ministros, que anuncia tonterías los domingos después de la Misa, a las cuales nadie hace seguimiento porque ya no transmiten seriedad.
Porque si usted piensa que exagero, ¿es o no es una tontería que un premier salga a anunciar que los ministros han discutido el ingreso en distintos horarios a la administración pública para descongestionar así el tránsito? A esa tontería de marca mayor nadie la tomó en cuenta. Sin embargo, un gabinete entero se dedicó a discutir toda una mañana semejante estupidez.
Este gobierno ha indultado a un corrupto como Crousillat, pretende hacer lo mismo con los delincuentes del 'faenón', se dedica a los negocios mientras el país cada día se deteriora más; nos venden optimismo con cifras maquilladas, la corrupción galopa como en sus mejores tiempos del 85-90 o del 90-2000.
El presente año electoral promete ser muy sucio. Alan García nos dejó a Fujimori luego de una campaña sucia, sin importarle el país. Ahora está empeñado en hacer lo mismo. Y lo de "Bayle presidente" no es para reír. Se están burlando de todos nosotros.
Y mientras tanto, pregunto: ¿postulará Luis Castañeda Lossio a la presidencia de la República? Desde mi punto de vista: No.
Las razones para no postular van desde la falta de cualidades para el cargo hasta el temor a aclarar una serie de irregularidades durante su gestión al frente de la ciudad.
Considero que, políticamente, el alcalde Castañeda optará por la reelección municipal y por negociar, en base a su inexplicable popularidad, que otro partido o alianza le de la cobertura parlamentaria suficiente para que en el próximo Congreso no prospere ningún tipo de fiscalización e investigación.
Algunos hechos que van apareciendo en el ambiente político me dan la razón. En los últimos días políticos, empresarios y periodistas amigos me han comentado respecto a la falta de ganas que demuestra Castañeda respecto al proceso presidencial.
Algunos me indican que inclusive habría manifestado sus deseos de permanecer un periodo más al frente de la ciudad. Y hay otros indicios que nos permiten inferir que ese será su comportamiento.