LOS DOS EXTREMOS

No faltan razones a quienes en estos momentos de creciente efervescencia electoral en nuestro país se plantean aún interrogantes en torno a lo que equivalen los extremos en la política latinoamericana.  Vale decir, aquellas alternativas que, constituyendo una la antítesis de la otra, nos enrostran los escenarios a los que podríamos evolucionar de no actuar con prudencia en el campo de la política... Esto a pesar de que muchos hayan avanzado respuestas a fin de esclarecer sobre este tema... Razón tienen estas líneas que recuerdan lo que estos significan para un país como el nuestro.

Por una parte, el extremo de la alternativa neoliberal. Aquella que lenta pero sostenidamente se impuso durante los años ochenta como el modelo paradigmático que había que implementar por doquier como consecuencia del descalabro económico y social imperante. No más Estado, la iniciativa a fin de recuperar el tiempo macroeconómicamente perdido le correspondería a las fuerzas del mercado... Y en un contexto de liberalización y desregulación de las actividades económicas, se gritó a los cuatro vientos que el interés general era igual a la suma de los intereses individuales.

Por otra parte, en el otro extremo, un intervencionismo de nuevo tipo. Una alternativa susodichamente de izquierda que va de la mano con un nacionalismo de corte autoritario que hace uso, y no poco abuso, de una retórica antimperialista muy sui géneris... Y que, durante las últimas semanas, ha hecho que quien defiende las banderas de su más refinada expresión, el presidente venezolano Hugo Chávez, en nombre de la defensa del interés general, llegue al extremo de nacionalizar, como en otros momentos se hizo, incluso cadenas de supermercados...

He ahí los dos extremos del abanico de posibilidades que se presentan en el contexto de la política latinoamericana. Los caminos que hay que evitar de todas formas... Pues de lo contrario, tal como la historia no lejana en nuestra patria y los hechos que desde allende nuestras fronteras saltan a la vista nos muestran, estas son vías que una vez tomadas ineluctablemente nos conducen hacia los ámbitos donde las libertades y los derechos más básicos se pisotean para hacerse finalmente tabla rasa de todo lo que sustenta el sistema democrático. Único garante de todo estado de derecho. 

De miras a las elecciones generales del 2011, en las que los peruanos escogeremos a quienes gobernarán hasta el 2016 nuestra patria, resulta conveniente que aquellos que desean hacerse de esta suprema responsabilidad, le propongan al país alternativas modernas y viables orientadas a velar fundamentalmente por el interés general en democracia. Vale decir una que nos haga avanzar a través de políticas públicas hacia la sociedad de igualdad de oportunidades que todos sin duda alguna deseamos. Evitando saltos al vacío que a nada bueno conducen...