Según un reciente estudio del Instituto de Alimentación Animal, la leche contribuye en la formación del gas metano que acelera el calentamiento global.
Según explicó Gerhard Flachowsky, ex director de dicho organismo, la formación de gas metano en la panza de la vaca y su elevado potencial como gas de efecto invernadero es 23 veces más contaminante que el CO2.
En una entrevista para Wiebke Feuersenger, Flachowsky consideró además que el elevado consumo de leche en países industrializados es perjudicial para el clima.
“Los humanos somos capaces de tolerar la leche gracias a una mutación de nuestro organismo hace 7 mil años con la aparición de la agricultura, gracias esto es posible que los hombres puedan consumirla incluso en la adultez, porque lo normal es que solo los bebe puedan tolerarla”, señaló el especialista.