Por un lado está la posición cerrada de la dirigencia de la Universidad San Martín de Porres por no dar marcha atrás en su decisión de retirarse del torneo, dejando en la calle a más de 25 jugadores, cuerpo técnico y utileros, que hacían del cuadro santo la institución modelo del fútbol peruano. Ellos culpan los dirigentes de clubes que no cumplen con sus jugadores.
De otro lado están los agremiados que, a través de su cabeza Francesco Manassero, no se sienten responsables de que más de 50 jugadores se puedan quedar sin trabajo (en caso otros clubes decidan hacer lo mismo que la San Martín), y además culpan a los albos por haber apañado que clubes con deudas sigan participando impunemente en el torneo descentralizado 2011.
Sin embargo, los agremiados no quieren reconocer que ellos también apañaron que jugadores, que hoy reclaman que se les pague, firmaran planillas sin cobrar para que su equipo ya no pierda puntos en mesa.
Mientras otros acusan también a la ADFP por iniciar el Torneo Descentralizado antes que se llegue a un acuerdo entre jugadores y clubes, su presidente Luis de Souza Ferreyra, desconoció los acuerdos de agremiados y de la FPF en la Videna, pues aseguran que esperarán a que Manuel Burga retorne de su viaje a Suiza para solucionar el asunto.
Es cierto ¿Y Burga?, el mismo Sergio Markarián lo dijo “posiblemente habría sido mejor que él estuviera aquí para resolver un tema tan urgente como es la actual crisis del torneo Descentralizado”.
Pero quizás quienes tengan mayor responsabilidad sean los mismos clubes deudores como Alianza Lima, Universitario y Sport Boys ya que si sus respectivas dirigencias resolvían sus problemas de deuda con anticipación, evitando sobregirarse con caras contrataciones, hoy no estaríamos hablando de una crisis antes del inicio del torneo.