En los últimos años, diversos estudios de salud y ambientales han señalado que la ciudad de La Oroya es una de las más nocivas en el mundo por sus altos índices de contaminación en el suelo, aire y agua de la zona.
Según un reciente estudio realizado por la ONG CooperAcción, ha demostrado que al rededor del 90% de los habitantes de La Oroya presenta niveles superiores de plomo en la sangre a los estipulados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En declaraciones a RRP, el exviceministro de Ambiente, José de Echave, señaló que el plomo disminuye con cierta rapidez en la sangre, pero que en el caso de los huesos tarde entre 30 o 40 años desaparecer.