El uso desmedido y los altos decibeles que emiten los audífonos del iPod y otros dispositivos móviles pueden generar daños irreversibles en los usuarios, sobre todo en los niños y adolescentes, quienes ahora son los que más horas pasan conectados a estos dispositivos.
Actualmente, algunos países de Europa vienen promulgando leyes para acortar el máximo del volumen que pueden reproducir los dispositivos móviles, mientras que en Estados Unidos el nivel permitido alcanza aún los límites que en un corto plazo generan problemas incurables como la sordera.
Según la Administración Ocupacional de Seguridad y Salud (OSHA) de Estados Unidos, el personal expuesto a más de 85 decibeles por un periodo de 8 horas diarias corre el riesgo de perder la audición.