Un grupo de científicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Universidad de Navarra en España revelaron mediante un estudio que las personas que consumen grandes cantidades de comida chatarra dentro de su dieta diaria son propensas a desarrollar un cuadro de depresión activo.
Según la epidemióloga, Almudena Sánchez-Villegas, la depresión afecta a 121 millones de personas en todo el mundo, siendo unas de las principales enfermedades de discapacidad ajustada presente en más del 40% de las sociedades de los diversos países de primer mundo.
Al respecto, el doctor a cargo de la investigación, José Luis Carrasco, jefe de la Unidad de Trastorno Límite de la Personalidad, asegura que existe una relación negativa entre el consumo de comida rápida y el trastorno depresivo. Asimismo, aseguró que cuanta más comida rápida se ingiere, mayor es el riesgo de depresión.
“Esto produce una gratificación inmediata y sensación de saciedad. La comida chatarra alimentos más adictivos y que van 'a atraer' a personas con un tipo de temperamento. Si una persona con vulnerabilidad o predisposición a la depresión, es decir, insegura, inestable, es posible que tenga unos hábitos de alimentación muy malos. En definitiva, comer en cinco minutos significa que está desestabilizando su equilibrio emocional”, indicó Carrasco.