Sábado 20 de abril 2024 | Contáctenos
Así es el fútbol. Un resultado no es definitivo, sobre todo cuando la diferencia es mínima, hasta que el hombre de negro no ha dicho su hasta aquí llegamos. Eso es justo lo que sucedió la noche de este 24 de mayo en Lisboa, pues cuando muchos pensaban que el Real Madrid mordería el polvo de la derrota frente al Atlético, un golpe de cabeza de Sergio Ramos, en el tercer minuto de los cinco de descuento que el árbitro acordó, hizo que las cosas volviesen a fojas cero.
Lo que vino después en los 30 minutos adicionales que por reglamento se tuvieron que jugar fue un vendaval, mejor dicho tres goles, el final desde los doce pasos por obra de Cristiano Ronaldo, que hicieron que los del Real levantasen la décima Champions League en medio de un Estadio da Luz colmado de hinchas españoles.
Fue un duro revés para el Atlético, una escuadra que hace tan solo unos días festejaba en la madridísima Plaza de Neptuno su conquista de la Liga española tras empatar con el Barcelona en el Camp Nou. Cada gol del Real se sentía como una puñalada en las graderías donde los hinchas del Atlético no podían dar crédito a lo que estaban viendo. Primero el gol de Gareth Bale a los 110, luego los de Marcelo y Cristiano Ronaldo en los tres últimos minutos de juego.
Al final, el gol del uruguayo Diego Godín anotado a los 36 minutos quedó corto. El doblete histórico que acarició el Atlético hoy se le escapó de las manos. Más pudo el peso de la historia y, por qué no decirlo, no poco de fortuna en el lado del Real. Esta noche en Lisboa la escuadra de Ancelotti pudo más que la del “Cholo” Simeone.
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