La gripe o resfriado común es consecuencia del contacto con una persona enferma, y no de la exposición al frío ni a la humedad. “Muchas veces el resfrío común se le atribuye a las bajas temperaturas porque es más frecuente durante el invierno, algo que no es cierto”, afirmaron los especialistas de la Dirección de Atención Integral – Etapa vida niño.
Detallaron que el resfriado es un mal infecto contagioso viral que el ser humano padece con mayor frecuencia. Se caracteriza por presentar síntomas nasales como la rinorrea, obstrucción nasal, estornudos y en algunas ocasiones presenta dolor e inflamación acompañados de malestar general y de fiebre.
Los agentes causantes de estas enfermedades son los rinovirus y los coronavirus, y con menos frecuencia, otros virus respiratorios como el de la influenza y el adenovirus, que causan una enfermedad respiratoria más seria en los niños. En algunos casos, los resfríos son causados por virus que aún no han sido identificados.
El resfrío, está comprendido entre las infecciones respiratorias agudas (IRA), es más recurrente en invierno, y en los trópicos durante la época de lluvias. Se ha observado que esta recurrencia varía; así, los rinovirus son más comunes en otoño y primavera y los coronavirus aparecen más en invierno.
Esta enfermedad afecta a personas de cualquier edad, sexo, raza o condición socioeconómica, y aunque no causa la muerte, algunas veces el malestar general que ocasiona obliga a los niños a faltar a la escuela y a los adultos al trabajo.
En el caso de niños menores de 1 año que presentan resfrío común – dijeron- deben ser evaluados por personal capacitado para identificar los factores de riesgo o posible complicación.
Los especialistas del Minsa, señalaron que para contrarrestar este mal se pueden aplicar medidas sencillas como una buena alimentación, consumo de líquidos con cierta frecuencia y mantener en observación al paciente para detectar posibles complicaciones.
Consideraron importante que los padres reconozcan cuándo el resfrío común deja de ser un simple catarro, ya sea por su duración o por la aparición de signos de peligro, y que dependen de la edad del niño. “En estos casos, es cuando debe consultarse al médico para modificar el tratamiento que se brinda al menor”.