Suelen ser calificados de manera equivocada como distraídos, inquietos o con bajo rendimiento; sin embargo, la realidad demuestra que una parte de los niños en edad escolar tiene problemas de visión no diagnosticados que les impide explotar su máximo potencial.
Juan Carlos Castro Rodríguez, médico oftalmólogo pediatra del Instituto Nacional de Oftalmología (INO), revela que cerca del 20% de alumnos menores de edad tiene algún problema de visión que aún no ha sido diagnosticado. Por ello, a pocas semanas del retorno a clases, recomienda a los padres de familia estar atentos a síntomas como el cansancio visual, dolor de cabeza, lagrimeo, frotación de los ojos o constante parpadeo.
De presentarse estos síntomas deberán llevar a sus hijos a un centro de salud especializado a fin de que un profesional pueda medirles la vista con gotas que permitan un resultado más exacto y descartar así vicios de refracción como miopía, hipermetropía y astigmatismo.
El especialista señala también que los estudiantes que ya utilizan anteojos deben renovarlos periódicamente y no esperar a que las lunas estén rayadas o la montura deteriorada. Esto debido a que los ojos crecen constantemente y por tanto la medida va cambiando. Además, recomienda que las lunas de los lentes cuenten con protección contra la radiación solar UV 100%, debido a la alta radiación.