Martes 16 de abril 2024 | Contáctenos
El Trastorno Limítrofe de Personalidad (TLP), o también conocido como “Borderline”, es el padecimiento de personalidad más frecuente que experimenta la población y es considerada como una enfermedad grave por sus consecuencias psicológicas, sociales, médicas, interpersonales, entre otras.
El doctor Edward Antonio Lozano Vargas, Médico Psiquiatra y Psicoterapeuta de la Clínica Anglo Americana, menciona a continuación las características que se deben conocer sobre este Trastorno de la Personalidad, con el fin de identificar a quienes la padecen y brindarles el apoyo y tratamiento adecuado.
Aspectos clínicos del TLP
El TLPafecta al 1-2% de la población, forma parte del 10% de la consulta ambulatoria en Psiquiatría y representa el 15-25% de pacientes hospitalizados. Presenta una mayor incidencia en mujeres que en hombres (en una relación de 3 a 1) y la edad fluctúa entre los 19-32 años.
El concepto Limítrofe o “borderline” refleja la experiencia de confusión generada por aquellos pacientes que vivencian en su patrón emocional y conductual la presencia de angustia, irritabilidad, impulsividad y desorganización.
Este trastorno de personalidad, según el manual DSM-5, se caracteriza por la presencia de impulsividad, relaciones interpersonales inestables, alteraciones de la identidad, hipersensibilidad al rechazo, conductas sexuales de riesgo, auto-mutilación, tendencia suicida, ideación paranoide y disociación.
Estos pacientes muestran conductas inestables, autodestructivas y demandantes, pueden transferir en sus relaciones su angustia intensa, su enojo, sus expresiones inadecuadas de afecto y erotismo. Además, la idealización extrema se alterna con una infravaloración absoluta, presentan dificultad para tomar conciencia de sí mismos y externalizan su responsabilidad. Por otro lado, son capaces de amar profundamente y odiar intensamente al mismo tiempo. De igual modo, se sienten conectados poderosamente con las personas cercanas y se sienten aterrorizados de llegar a perder su afecto.
Lo que las define como rasgo central es su incapacidad para controlar sus sentimientos y comportamiento. Y al no poder hacerlo se tornan explosivas. Así, ante un evento, se deprimen, se enojan, se vuelven inconsolables, se enfurecen, se tornan impulsivas, realizan atracones de alimentos, abusan de sustancias, el 75% se auto-agreden como una manera de calmar su dolor emocional y el 10% intentan suicidarse.
Desde una mirada biológica y social, estos pacientes nacen con una tendencia a reaccionar intensamente a menores niveles de estrés y se les hace muy difícil retomar el equilibrio emocional. Además, se reporta que estos pacientes han sido criados en un ambiente invalidante en donde sus creencias de sí mismos son continuamente devaluadas o en donde han sufrido experiencias de estrés temprano como abandono, negligencia, maltrato físico y/o psicológico y abuso sexual.
El TLP presenta con mucha frecuencia comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos como el T. depresivo, T. ansiedad tipo pánico, agorafobia, T. estrés post traumático, T. déficit de atención e hiperactividad, consumo de alcohol, marihuana, cocaína, T. conducta alimentaria y trastorno de personalidad dependiente e histriónica.
Tratamiento especializado
El diagnóstico de TLP es el comienzo para planificar un plan terapéutico diseñado para cada paciente, según su estado, gravedad, problemas específicos y necesidades. El uso de psicofármacos es un factor importante para tratar algunos síntomas como la presencia de depresión, ansiedad, impulsividad o síntomas psicóticos y pueden ayudar a estabilizar al individuo.
Por otro lado, el inicio de un tratamiento psicoterapéutico paralelamente al psicofarmacológico es de mucha importancia. La psicoterapia brindará al paciente de un espacio seguro para validar sus sentimientos, curar sus heridas emocionales, aprender a regular sus emociones y construir una relación auténtica y saludable.
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