Los primeros minutos de vida son muy importantes para el desarrollo de los bebés y la lactancia materna es un determinante clave para el vínculo de la madre, el niño y el núcleo familiar, además de protegerlo contra determinadas enfermedades infecciosas.
Alexandro Saco Valdivia, director de Promoción de la Salud del Ministerio de Salud, refiere que al momento de otorgar la primera leche al bebe se puede detectar si son adecuados los reflejos que tiene y reducir el riesgo de asfixia.
“Los profesionales de la salud también pueden ver, con la lactancia en la primera hora, si el bebé tiene reflejos de succión y deglución”, manifestó.
En el quinquenio que va del 2014 al 2018 solo el 50% de los nacimientos han tenido lactancia materna en la primera hora después del parto. En algunos casos, esta práctica se posterga por complicaciones médicas, pero otros casos se atribuye al incremento de las cesáreas, que suelen dejar a la madre adolorida e incómoda, lo que no le permite brindar a su bebé leche materna en las primeras horas lo que por derecho le corresponde.
“El recién nacido, en la primera hora debe de estar con la mamá a pesar de que el parto sea por cesárea. No solo para la lactancia, sino para sentir los latidos de la madre cerca, que son los que le resultan conocidos desde el vientre materno. El ambiente externo puede estar muy frío o muy caliente, pero en el pecho de la madre, el bebé regula su temperatura”, comentó.
Cabe indicar que la leche que se produce en los primeros tres o cinco días, después del parto, es un líquido viscoso o transparente y de color claro a amarillento que recibe el nombre de calostro. Este líquido tiene menor volumen que la leche, pero es ideal para el tamaño del estómago del recién nacido.
“Refuerza el sistema digestivo del recién nacido porque a través de la leche la madre le pasa sus inmunoglobulinas al niño, a través de lo que se conoce como microbiotas”, explicó.