Luego del sinsabor que supuso la eliminación de la selección de Perú en el proceso eliminatorio para obtener la clasificación al Mundial de Qatar 2022 ante el conjunto australiano, Juan Reynoso sucedió en el cargo al histórico Ricardo “Tigre” Gareca. En el mes de setiembre tuvo la naciente posibilidad de explorar las opciones variadas que la selección nacional tiene para ofrecerle. Pudo, asimismo, realizar estos experimentos en el marco del clásico desenfado de los amistosos, al ser estos partidos proclives para que los equipos, distendidos, consigan hacer sus armas sin que el imperativo innegociable del resultadismo determine la simplificación de los medios en pro del fin. Parece un escenario, a todas luces, idóneo para el debut de cualquier entrenador. Si quieres apostar por este nuevo Perú en los partidos venideros, puedes hacerlo en: https://www.telecomasia.net/es/apuestas-deportivas/casas-de-apuestas/bet365/app/
Perú 0 – México 1
El 24 de setiembre, iniciando la gira estadounidense, marcando el hito del estreno de Reynoso en el banquillo y ante una cantidad enorme de compatriotas residentes en el país norteamericano que poblaron el estadio, el equipo de Perú se midió ante su par mexicano, que integrará el grupo C, encabezado por la invicta Argentina y que también lo emparejará con Arabia Saudita y la Polonia del artillero culé Robert Lewandowski, tras clasificar segundo en la fase final de la CONCACAF, solo por debajo de la sorpresiva Canadá debido al saldo de goles desfavorable. Perú salió a la cancha con la formación de un 4-2-3-1 y una oncena conformada por Gallese en el arco, defensa con López, Callens, Santamaría y Advíncula, Tapia y Aquino como pareja de interiores, Flores, Cueva y Carrillo en tres cuartos de cancha y, como solitario nueve de área, el “Bambino” Lapadula. Fue, y hay que ser sinceros, un partido bastante anodino, con lapsos sostenidos en los que los dos equipos, sin conseguir la suficiente contundencia ni claridad, sí establecían períodos de dominancia desde el control del esférico. En este sentido, la primera media hora la pelota le perteneció más a los dirigidos por el argentino Gerardo “Tata” Martino, pero sin inquietar la portería de Gallese. ¿Las jugadas más destacadas en un primer tiempo tan desdibujado? Apenas un cabezazo derivado de un tiro de esquina (que salió desviado) de Henry Martín, delantero que milita en el Club América de su país, una exquisita y lujosa pisada de Flores contra el banderín del sector izquierdo, que se la pasaría a Tapia para que el furibundo cabezazo de Carrillo pasara rozando la emoción eufórica del gol en la mejor triangulación del partido, y una seguidilla de remates mordidos, también probados por André “Culebra” Carillo, pero interceptados por varias piernas aztecas en el área. Para el segundo tiempo, México se soltaría más, rematando desde larga distancia y tratando de aprovechar la prodigiosa velocidad del “Chucky” Lozano para correr al espacio, mientras que Perú, lejos de amedrentarse, encontraría sus chances claras con Cueva y Lapadula. El gol que determinaría la victoria del “Tri” surgiría en el crepúsculo del partido tras un despiste defensivo en la marca de la pelota quieta que le permitiría al extremo del Napoli sorprender a toda la defensa izquierda en el segundo palo y anotar.
Peru 4 – El Salvador 1
La victoria llegaría, no obstante, tres días después, y, sin la intención de desmerecer, contra un rival de menor calidad de juego como lo es la selección salvadoreña. Perú, debido a la proximidad entre ambas citas y también a la necesidad lógica de probar la mayor cantidad de futbolistas posibles, cambiaría a todos los titulares desde el inicio, integrando el once Carvallo, Araujo, Zambrano, Abram, Loyola, Yordy Reyna, Gonzalez, Cartagena, Brian Reyna, Ruidíaz y Valera, pero de forma paulatina irían ingresando en el juego los nombres más determinantes de la “blanquirroja”. Pese al jolgorio que desataría el vendaval de goles peruanos, la nota baja del encuentro sería la lesión de Ruidíaz, el veterano delantero de 32 años que ya no estaba siendo tomado en cuenta por Gareca en sus últimos compases al frente de la selección, pero al que Reynoso le ha dado otra oportunidad en estos compromisos. Por él ingresaría Lapadula que, en una jugada en la que acechaba el área, un precipitado y vacilante Eriq Zavaleta anotaría en propia puerta de cabeza. Tras esto, El Salvador conseguiría empatar momentáneamente el partido con la conversión de un penal ocasionado por una mano en el área, misma vía que aprovecharía luego el italoperuano para fusilar con un remate potente y centrado al arquero Tomás Romero, de Los Angeles FC de la Major League Soccer. El gol más bonito lo marcaría Bryan Reyna en el 3-1, al filtrarse con un gesto técnico asombroso entre la pareja de zagueros adversaria y colocar un remate rastrero inalcanzable, en una secuencia vistosa a la par que centelleante. El 4-1 lo sentenciaría Christian Cueva –al que irse a una liga menor como lo es la Liga Profesional Saudí no parece haberle restado calidad –, tras un penal recibido por Lapadula en un notable pase tras recuperación del propio jugador que viste el dorsal número “10”. La acción del goleador de concederle la posibilidad de convertir el penal para que su compañero restituyera su confianza tras haber errado de forma fatídica varios permite entrever la humildad y unión de los representantes peruanos. Esta vez, claro está, el disparo realizado desde la pena máxima presentaría otras características: Cueva, con una carrera cortada entre amagues, arrojaría un sinuoso y sutil tiro colocado a la punta contraria a la del golero.