Los investigadores han descubierto que comer un plato de espinacas todos los días aumenta la eficiencia muscular. Con esto queda comprobado que Popeye tenía mucha razón al comer espinacas para fortalecer sus músculos.
Según un estudio publicado en "Cell Metabolism", el consumo de 300 gramos de espinacas reduce en un cinco por ciento la cantidad de oxígeno requerida para el funcionamiento de los músculos cuando hacemos ejercicio.
El secreto no está en el hierro sino en los nitratos, que son muy abundantes en esa hortaliza y que vuelven más eficientes las mitocondrias, las cuales están encargadas de dar energía a las células.
"Es como si pusiéramos combustible en los músculos. Hace que funcionen con mucha mayor suavidad y eficacia", afirma el autor del estudio, el doctor Eddie Weitzberg, del Instituto Karolinska, de Estocolmo.