Científicos de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, realizron una investigación sobre la alimentación en los más pequeños. Como resultado del estudio se descubrió que los niños alimentados desde muy pequeños con altos en grasas, azúcares y procesados presentan coeficientes intelectuales más bajos.
Este sería un efecto de los malos hábitos de alimentación presentes en los 3 primeros años de vida, los resultados de los estudio indicaron que los niños con una dieta mala presentan una reducción de 1,6 en el CI. En cambio los pequeños con una dieta saludable superan en 1,2 del cociente intelectual promedio.
Por eso es fundamental una buena nutrición en los tres primeros años de vida, para que el cerebro pueda desarrollarse óptimamente, informó RPP.