Jueves 25 de abril 2024 | Contáctenos
Las principales fuerzas políticas del país tienen una oferta menos en el partidor y muchos de ellos buscarán la estrategia para ganarse los votos del Partido Nacionalista Peruano, agrupación que lidera el voceado candidato presidencial Ollanta Humala Tasso.
Los denominados nacionalistas o humalistas ya están pensando en dispersar su voto o simplemente hacer caso a una consigna de su líder y formar una alianza con una de las opciones que se presentan para asumir la alcaldía de la comuna limeña. Un escenario bastante complicado para el análisis.
SIN CANDIDATO
Fue el congresista humalista Daniel Abugattás quien admitió que en las próximas elecciones municipales de octubre, el Partido Nacionalista no presentará candidato propio a la Municipalidad de Lima.
La abstención anunciada por Abugattás va a mermar el impulso político de las filas nacionalistas, pues de esta forma no podrán medir sus preferencias locales y la carrera política de Ollanta Humala tendrá una sustancial desventaja frente a otras propuestas políticas.
Parece que se han dado cuenta que ninguno de sus miembros reúne las características como para aglutinar sus fuerzas en octubre con miras a realizar un mejor papel en la apuesta presidencial del 2011.
Vale apuntar que pese a que las encuestas le otorgan un 10 por ciento de las preferencias, esto parece ser el efecto de los votos cautivos que arrastra el humalismo de las elecciones pasadas, porque la figura de su líder no ha tenido resonancia en el electorado y el nacionalismo solo ha ganado cierto rol protagónico cuando sus congresistas han liderado alguna protesta social o han salido a defender a su agrupación partidaria.
Sobre este punto, si hacemos un repaso de los más sonados sucesos de masas, vamos a comprobar que todo acto de rebeldía a las normas establecidas o acto reivindicativo siempre tiene como supuesto promotor a los nacionalistas. Son los principales sospechosos. Incluso si hablamos de izquierda, los humalistas se inscriben como sus principales representantes.
No hay otro que asome con más fuerza si hablamos de los partidos oficialmente inscritos. Por añadidura, la violencia está asociada principalmente a las demandas del nacionalismo.
En esta medida, para muchos analistas, la democracia no sintoniza con el Partido Nacionalista, mucho más cuando se sabe la semejanza ideológica que los acerca a la política dictatorial del presidente Hugo Chávez de Venezuela.
LA OFERTA NACIONALISTA
En este sentido, ¿qué agrupación política estará dispuesta a buscar los votos de los nacionalistas en las elecciones para suceder a Luis Castañeda Lossio? En teoría ni Lourdes Flores ni Alex Kouri tienen puntos de confluencia para una alianza electoral con este sector.
De igual forma, pensar en fujimoristas y nacionalistas unidos bajo un mismo símbolo sería como ver abrazados y sonriendo para las cámaras a Carlos Raffo y a Daniel Abugattás. Como pedirle peras al olmo.
Los apristas, probablemente asoman como los más proclives a sumarse a firmar pactos así provengan de líneas radicalmente opuestas. Lo confirman sus antecedentes históricos y la necesidad de ganar votos, pues a pesar de que el país se encuentra en una situación estable parece que la población -a la luz de lo que dicen las encuestas- no olvida que Alan García fue elegido como el mal menor frente a la alternativa que presentaba Ollanta Humala en el 2006.
Aún hay tiempo para los conocidos ‘acomodos’ y cuotas de poder y aunque en política nada está dicho, el solo hecho de abstenerse de postular en las elecciones municipales de este año pone a los nacionalistas lejos de la práctica de democracia interna y los coloca en una incuestionable situación de crisis partidaria.