Todo empezó cuando la señora Susana Villarán anunció la erradicación de palomas en la capital porque -según dijo- generan un peligro para la salud de la población y deterioran el patrimonio cultural.
La alcaldesa de Lima anunció una estrategia -que hasta hoy no ha sido revelada- para terminar con los residuos y olores que dejan las aves por donde quiera que estén.
No pasó mucho tiempo para que las organizaciones de defensa de los animales se pronunciaran al respecto y advirtieran que no aceptarán medidas extremas como la que alguna vez se hizo en el Congreso de la República, para erradicar de manera brutal a las aves envenenándolas.
Rápidamente, Villarán aseguró que no aplicará medidas como esta y que sostendrá una reunión con los especialistas de la municipalidad para establecer los mecanismos que se utilizarán para terminar con el problema de la proliferación de palomas sin causar daños.
“Hay seis alternativas que tienen que ver con el uso de las ondas sonoras. Todas (las medidas) son caras, hay que ver cómo enfocar una o varias estrategias combinadas, que nos permitan hacerle frente (…) La erradicación no es el camino”, ha señalado la alcaldesa.
Quizá a final de semana sabremos qué medida implementarán las autoridades. Por el momento, otras municipalidades ya están tomando cartas en el asunto.
Por ejemplo, la Municipalidad de Jesús María empezó a multar con hasta 180 nuevos soles a las personas que alimenten palomas en el distrito. Según la jefatura del programa de mascotas de esta jurisdicción, el objetivo es que los alados migren hacia su hábitat natural y no dañen el ornato.
El problema es que si la población alimenta a las palomas, se vuelven dependientes y anidan en los techos y ventanas, lugares que no les corresponden naturalmente, acumulándose los desechos y olores que generan enfermedades infecciosas.
Mientras, en San Miguel, han puesto en marcha una singular campaña preventiva denominada “Los patrullero del aire”, que consiste en liberar gavilanes acanelados adiestrados que alejan a las aves urbanas de los parques sin causarles daño.
Este sistema también es utilizado en los aeropuertos del mundo, a fin de evitar que las aves se acerquen a las turbinas de los aviones y provoquen accidentes.
Esperemos que las medidas que tome la Municipalidad de Lima sean ingeniosas y no se perjudiquen vidas animales. Si bien las palomas ensucian, también nos arrullan con sus cantos y alegran a los niños cuando juegan. Lo ideal es aplicar un método para encontrar el equilibrio perfecto.