JESÚS VÁSQUEZ

El último 21 de febrero nuestra querida Jesús Vásquez ingresó por última vez a la clínica Maison de Santé víctima de una complicación del cáncer al hígado y páncreas que padecía. Fue operada de emergencia dos días después y lamentablemente los estragos de la enfermedad en su cuerpo cansado produjeron que sea ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos.

De allí nunca más salió.

UNA HUELLA PERDURABLE

Es previsible pensar que en el instante de su muerte se liberaron las energías y sollozos de su canto, su vida y pasión por el Perú. Una dama que nada le debía al país porque todo se lo entregó. Como aquel día de 1939 que fue proclamada en el Teatro Segura por el publico “Reina y señora de la canción criolla”.

Legítimo derecho adquirido en 70 años de impecable carrera artística en el Perú y el mundo, Jesús Vásquez recorrió Chile, Bolivia, Colombia, Venezuela, Centroamérica, Estados Unidos, México, Francia y Australia declarando su amor incondicional por el Perú en cada vals y cultivando nuestra música criolla con un respeto único.

A pesar de haber sufrido los últimos años del mal de alzheimer a sus 89 años Jesús Vásquez encontraba resquicios de memoria para cantar. Volvían a ella los tonos que hacían vibrar a su público cuando con su menuda presencia poseía un escenario que se encogía para ella.

Se le va extrañar porque quizá nadie trató el legado musical del acervo criollo con tanta decencia como ella, sin escándalos o declaraciones tendenciosas de por medio, Jesús Vásquez pertenece a esa estirpe de criollos que protegieron la música criolla como su hogar, como su mejor recinto.

Escuchar “El Plebeyo” en su voz es simplemente un viaje de ida sin retorno a esa Lima elegante y pura que late en cada uno de nosotros... su trayectoria sin duda no debe quedar en el olvido. Es por ello que su familia pide apoyo para preservar su talento y darlo a conocer a las nuevas generaciones en un Museo que atesore cada detalle de su carrera.

EL ADIÓS A LA REINA

El velorio de la Reina y señora no estuvo exento de afecto y buenos recuerdos de amigos de la interprete como Oscar Aviles, Edith Bar, Carmencita Lara, Augusto Polo Campos, Fernando de Soria, Eduardo del Perú, Esther Granados, Alicia Maguiña, entre otras figuras de la canción y el arte que se hicieron presentes para despedir a doña Jesús Vásquez en el recinto del Museo de la Nación, como la grande que fue.

Palabras de aprecio y admiración han salido de todos los asistentes, incluido el presidente Alan García Pérez que con pisco en mano celebró la vida de nuestra Jesús Vásquez con estas palabras "No es un momento de tristeza, porque ahora ella está cantando en el cielo. Yo la conocí muchísimo, me he reunido muchas veces con ella y hemos tomado en su casa de San Miguel. Era alegre, encantadora, para mí es una gran amiga, de esas que dejan huella en el corazón y le permiten a uno saber que hay personas buenas. En vida ha contribuido mucho al Perú y fue feliz".

Una despedida con sabor a jarana de rompe y raja porque cuando la vida ha sido tan provechosa se debe celebrar hasta el final su existencia.

Cosechar el cariño y la añoranza del pueblo finalmente es el mejor legado que se lleva un artista, sentir que su paso por esta vida valió la pena porque deja algo inmenso tras de sí, es sin duda el más importante consuelo para su familia. Y si este viene acompañado de guitarra y aplausos cuánto más aliviado se queda el espíritu de quienes más la amaron.

Su hija Pochita agradeció con estas palabras “Agradezco al presidente Alan García y a los demás amigos de mi mamá por haber venido. Estamos muy apenados, pero sabemos que ella ya está cantando desde el cielo. Quiero que la juventud vea las huellas que ha dejado mi mamá y que las futuras generaciones saquen adelante la música criolla, que no se pierda”. Minutos después una canción de su madre salía de su voz y corazón.

Como dijo el compositor Augusto Polo Campos que lucía visiblemente emocionado durante el velorio,  parece que los grandes se van y nos vamos quedando solos, y es que el tiempo ha pasado inexorablemente y nuestras glorias del criollismo, aquellas que pisaron los Centros Musicales de Barrios Altos alguna vez, se están yendo. Nos dejan solos inmersos en un manto de recuerdos y remembranzas de lo que fuimos alguna vez.

Jesús Vásquez se lleva consigo una época maravillosa para nuestro país e historia, en su voz se acuñaban los afectos por canciones que nos construyeron el alma entre nostalgias y alegrías. Una bandera del Perú abrazaba su féretro como ella abrazó nuestra cultura y tradición. Por algo fue que en 1987 la OEA decidió condecorarla como Patrimonio Cultural de Latinoamérica, porque eso era ella, un bien nacional de incalculable valor.

Descanse en paz señora Jesús Vásquez que aquí la tendremos siempre muy cerca del corazón, allí, donde el latido se pueda mezclar con su voz...