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REVISTA

WHITNEY HOUSTON

Ocaso de la diva del soul
Problemas de salud y una voz en franco deterioro hacen fracasar gira en Europa y el soñado retorno a la industria musical de Whitney Houston.
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WHITNEY HOUSTON

“Una diva sin una historia de sufrimientos personales y problemas emocionales es apenas una gris cantante, y Whitney es todo menos una más del montón, es la más grande de la industria”.

De esta manera un emocionado crítico musical del diario The New York Times reseñó el último disco de Whitney Houston que fue editado bajo el sello Sony Music y que lleva por título I look to you.

Una obra que, para algunos, era correcta, sin riesgos musicales dentro del mundo pop, y con un aire esperanzador en sus letras que demostraban que, pese a los años de una vida turbulenta, Houston seguía vigente.

Para otros, en cambio -y allí me incluyo-, el material fue una decepción. No porque las canciones hayan sido malas, sino porque fueron predecibles, hechas a la medida de la diva del soul, quien prefirió mantener su edulcorante estilo y no arriesgar demasiado tras varios años de alejamiento musical.

Quizá el objetivo de Clive Davis y los productores del álbum fue recuperar el tiempo perdido, atraer a los fans con la magia de Houston, pero algo fallaba. La piedra fundamental de una carrera de más de 20 años de éxitos indiscutidos: su voz.

Esa voz, poderosa, nívea y dulce, que hizo de Whitney Houston una de las más grandes cantantes de la industria musical, superada tal vez por Aretha Franklin, su madrina, ni más ni menos.

“Cuando ella canta, Dios calla”, dijo una vez Davis, su mentor, quien la escuchó por primera vez en un club nocturno de Nueva Jersey y quedó impresionado. Corría el año 1983 y Houston era una mocosa de 19 años.

Esta vez, la voz divina de Whitney no tenía la fuerza de antaño. En I look to you, su voz ya no era la protagonista, sino una simple acompañante de la banda que provocaba nostalgia por las grandezas del pasado.

En una cantante más podría decirse que son los estragos del tiempo, que la voz cambia y se engruesa. Es lo natural y normal. Pero, en el caso de Whitney Houston había algo más. Su voz había resentido los años de exceso con las drogas que le dejó el matrimonio con Bobby Brown, un “chico malo” de la industria.

LA PESADILLA DE LAS DROGAS

Casada con él desde 1992, Houston fue involucrándose día a día en el mundo de las sobredosis con todo lo que le llegaba a las manos. Cocaína, marihuana, anfetaminas y el barato crack, que la llevó al mismísimo infierno.

La que alguna vez fue la chica buena del pop, que conquistó los charts de la música en los años ochenta y noventa, que vendió más de 170 millones de álbumes, que ganó seis Grammys y 21 American Music Awards, que colocó 27 de sus canciones en el Top Ten de EE.UU. y Gran Bretaña -10 de ellas llegaron al número 1-, ya no estaba más.

La Whitney glamorosa y esbelta quedó en el pasado para dar paso a una mujer desaliñada y flaca hasta los puros pellejos. Una calavera andante que vestía su pijama las 24 horas del día.

La mujer que alguna vez amó las multitudes llegó a desarrollar el Síndrome de Diógenes, una enfermedad en la que la persona tiene un comportamiento extremadamente huraño, que se recluye en su casa y evita contacto con otras personas.

En sus peores momentos se dijo que Whitney desarrolló severos ataques de pánico que la llevaban a lastimarse, cortarse y golpearse. También que salía en la noches de su mansión de Atlanta para recorrer las calles de la ciudad y rebuscar los basureros cuyos desperdicios llegó a acumular en su habitación.

“Su casa era un completo desastre con restos de jeringas, pipas, platos y cucharas que utilizaba para consumir la heroína y al crack que compraba a sus proveedores”, señaló una vez su cuñada Tina Brown.

Durante esos oscuros años, nunca reconoció sus adicciones, pero sí dejó entrever algunos de sus demonios internos en una entrevista en el 2002 con la reconocida periodista de la cadena ABC Diane Sawyer.

A la pregunta de su posible consumo de drogas, Houston solo atinó a decir: “Me gusta la fiesta. Desde muy joven he trabajado y nunca tuve tiempo para salir y descontrolarme, ser rebelde. Con Bobby he tenido la oportunidad de vivir todo aquello”.

Cuándo Sawyer le inquirió sobre el crack, la diva aclaró que el “crack es barato y yo tengo demasiada plata para consumirlo”. Había desarrollado el cinismo de los adictos.

Sobre por qué no dejaba a su esposo, Whitney dijo que era su hombre, que si tenía algún síndrome era él y su necesidad de amarlo.

La “enfermedad” habría de durarle hasta el 2006 cuando no aguantó más tantas peleas, sobredosis y llantos y abandonó la mansión que compartía con Brown, de quien se divorció en el 2007.

REGRESO A CASA

Desde entonces Houston se ha volcado a su trabajo nuevamente de la mano de su amigo y productor Clive Davis, y es de esa necesidad de volver a sus raíces o su hogar –como ella lo llama- que nació I look to you.

Para revertir las bajas ventas es que Sony decidió enviarla de gira mundial y pese a que gente de su equipo aseguraban que no estaba lista, Whitney intentó no defraudar a su público en sus primeros conciertos en Australia.

Lo triste del caso es que el regreso de la diva a los reflectores ha evidenciado a una cantante en su ocaso, que le cuesta alcanzar las notas altas que una vez la hicieron famosa. Ahora, la gente llora en sus conciertos, pero no del gusto, sino del disgusto.

Su más bochornosa presentación fue en Sídney cuando no pudo interpretar decentemente el tema que la hizo famosa alrededor del mundo: I will always love you, de la banda sonora de El Guardaespaldas.   

Houston, en palabras de algunos críticos, destrozó su popular nota alta al final como si de un aspirante a concursante de American Idol se tratara. La audiencia no soportó más y abandonó el local indignada por haber pagado 200 dólares por entrada para solo escuchar gallos e innumerables interrupciones.

El equipo de la cantante se disculpó y argumentó problemas de salud. La misma excusa que se ha utilizado para cancelar varios conciertos en Gran Bretaña, Francia y España.

Aunque la versión oficial ha señalado que la diva del soul tiene una fuerte infección a las vías respiratorias, algunos han especulado una recaída de la drogas. Y es que después de tantos años de abusos, el cuerpo de Whitney se encuentra todavía muy frágil y hay quienes creen que sus cuerdas vocales tienen un daño irreparable.

Terrible final para una de las más grandes estrellas de la música internacional cuyo talento un día iluminó a millones y hoy, pese al maquillaje, el photoshop, y los arreglos musicales en estudio, se va apagando lentamente.    

OTROS DATOS:

- Whitney Houston es hija de la cantante corista Cissy Houston, sobrina de la leyenda musical Dione Warwick y ahijada de Aretha Franklin.

- Firmó un contrato con el sello Arista por US$ 100 millones, un récord para un artista solista.

- Ha participado en cuatro películas entre 1992 y 1997: El Guardaespaldas, Esperando un respiro, La mujer del predicador y La Cenicienta.

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