LA TÁCTICA DE KOURI

Mientras la presidenta del Partido Popular Cristiano (PPC), Lourdes Flores Nano, enarbola la bandera contra la corrupción montesinista tratando de restarle popularidad a Alex Kouri Bumachar, este se aventura a demostrar que su largo bagaje edil es la mejor carta de presentación que tiene para suceder al actual burgomaestre limeño Luis Castañeda Lossio.

Razón no le falta porque con dos gobiernos locales y uno regional, Kouri tiene suficientes recursos para explicar la forma en que solucionará los principales problemas de una ciudad convulsionada.

Y es que se sabe que el fundador del Movimiento Chim Pum Callao ha sabido instalar el principio de la autoridad en la provincia constitucional y se ha ganado la simpatía de los chalacos. Todo esto le ha permitido borrar su pasado reciente, sus visitas a la famosa salita de Vladimiro Montesinos y el cantado respaldo de las fuerzas fujmoristas.

EXPERIENCIA MUNICIPAL

Al margen de la mancha de corrupción que se le nota a leguas, Alex Kouri se empeña en demostrar que la democracia ha entrado en el repertorio de su carrera electoral y, de esta manera, se quiere poner en igualdad de condiciones con la lideresa del PPC.

Aunque todavía estamos lejos de la elección, Lourdes Flores hace bien en postergar el debate hasta cuando las circunstancias lo ameriten, pues en el corto plazo, un escenario de intercambio de propuestas puede significarle su primer bajón en la carrera hacia la comuna limeña.

De seguro que Kouri volverá a fustigar con este tema ya que constituye una ventaja contundente. Y sobre todo, servirá de impulso para elevar las preferencias a su favor puesto que el ex presidente regional del Callao sabe el terreno que pisa. No pasa lo mismo con Flores Nano quien arrastra una historia de perdedora en contiendas electorales y carece de experiencia edil; sin embargo, ya salió dispuesta a sacarle en cara su pasado montesinista.

Hasta el momento, la pepecista está demostrando bastante tino en sus declaraciones. Levanta el polvo fujimorista de la corrupción para medir la reacción de su principal y más notorio adversario. Empero, debería tener precaución pues de tanto acusar a su contendor puede victimizarlo a tal extremo que la población tienda a congraciarse con él.

Y como para demostrar que no es ningún caído del palto, Kouri ya le endilgó a la ex candidata presidencial el adjetivo de pituca, fiel al estilo de Montesinos cuando aniquiló con los medios de prensa al recordado Alberto Andrade Carmona.

La campaña recién empieza y ya ha generado cierta controversia, pero la exposición mediática todavía no brilla con fulgor. Se avecina un debate a la distancia, eso es indudable, pero podría caber la posibilidad de que los ‘otros’ empiecen a cautivar con sus propuestas y, de pronto, el escenario político condicione una atmósfera donde prime el libre debate de ideas y propuestas en bien de la democracia.