LA BURLA LLAMADA JAIME BAYLY

Todos los domingos Jaime Bayly sale con una sorpresa. Ahora ya dejó de lado a José Barba y Cambio Radical, y su postulación a la Presidencia nuevamente se presenta entre amenazante y verdadera. Es que a pesar de sus vaivenes, hay un sector que todavía piensa que el conductor de El Francotirador puede gobernar el Perú como cualquier otro político de la escena electoral.

Y Bayly está allí, machacando candidatos, tejiendo bromas y posando como un payaso de la televisión. El gran mérito de Jaime radica en el hecho de que es el único personaje mediático autorizado para tirar barro a diestra y siniestra sin tener ningún filtro por parte de los directivos de Frecuencia Latina. Hasta se dio el lujo de mofarse de Baruch Ivcher y volver renovado.

¿Creen que un hombre que se levanta a la una de la tarde –como él mismo reconoce- podría conducir los destinos políticos del país? ¿Está la población peruana en capacidad de aceptar a un homosexual en Palacio de Gobierno? Son interrogantes que generan controversia pero que a la vez sirven para hacer reflexionar a ese conjunto de electores que se ha tomado en serio la postulación del ex niño terrible de la TV.

Llama la atención que un jurista e intelectual de la talla de Enrique Ghersi se preste para promocionar esta opción. Mucho más cuando Bayly gasta la broma de manera sistemática y no se sabe cuándo está hablando en serio.

Lo que sí resulta evidente es que quiérase o no, todos aquellos políticos que tengan aspiraciones de poder tendrán que pasar por El Francotirador, pues aún conserva altos niveles de rating y ya se ha hecho folclórico pasar por un rato de burla e ironías y risas desenfrenadas para ganarse el afecto de los votantes de cara a las elecciones.

Alex Kouri, por ejemplo, que ha sido satirizado por Bayly, no tendría ningún reparo en volver al programa ante su ansiedad por seguir creciendo en las encuestas. Lo mismo pasaría con Lourdes Flores y los otros candidatos. Ahí está Humberto Lay Sun, líder de Restauración Nacional, a quien hace unos días solo le quedó reírse ante las ocurrencias de su entrevistador. No pidamos una entrevista programática, ni doctrinaria, ni mucho menos un diálogo intelectual, pues a estas alturas El Francotirador se ha convertido en una versión aumentada y corregida del “chato” Miguel Barraza.

Particularmente pienso que seguir creyendo en la presencia política de Jaime Bayly le hace daño a la democracia del país. Felizmente en el año 2001 los estudiantes se percataron de sus vanas intenciones cuando estaba en compañía de Álvaro Vargas Llosa defendiendo el voto en blanco. Ambos fueron bañados con huevos y abucheados con firmeza.

¿Hasta cuando tendremos que soportar las ocurrencias de Jaime Bayly? ¿No es el recurso ideal para que la población complemente sus lecturas de diarios amarillos? Sin duda que el gobierno tiene en este personaje de la farándula a la noticia perfecta cuando se trata de olvidar la corrupción oficial y los negociados que se han venido ventilando en la oficina de algunos desvergonzados funcionarios públicos.