Martes 16 de abril 2024 | Contáctenos
La estadounidense Lori Berenson ha solicitado al gobierno aprista la conmutación de su sentencia, lo que en otras palabras significaría que se daría por cumplida su condena. De proceder este pedido, se podría aplicar la Ley de Extranjería y así sería expulsada inmediatamente del país, en lugar de esperar cinco años más hasta que se cumpla la pena de 20 años que le fue impuesta por participar activamente en el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Lo cierto es que si un peruano en Estados Unidos hubiera actuado de la misma forma que lo hizo Berenson en Perú, lo más probable es que hubiera sido condenado de por vida y estaría cumpliendo cadena perpetua en el país del Tío Sam.
Pero como estamos en el Perú, la otrora emerretista, a quien se le impuso una pena privativa de la libertad de 20 años, ya se encuentra suelta en plaza tras cumplir dos tercios de su condena; es decir, 15 años y medio.
Para una gran mayoría, es indignante el hecho de que ahora radique libremente en un departamento de un edificio ubicado en una zona residencial de Miraflores, distrito limeño que fue golpeado por el terrorismo.
Como si de una cruel broma del destino se tratara, resulta que el tío de una de las vecinas de Berenson fue uno de los rehenes del MRTA en la residencia del embajador de Japón. Y si bien legalmente no está impedida de vivir ahí, su presencia ha reabierto heridas del pasado aún no cicatrizadas del todo.
En ese contexto, nos preguntamos hasta qué punto es beneficioso mantener cinco años a Berenson caminando libremente por las calles del Perú. ¿No sería mejor concederle la gracia presidencial y expulsarla a su país?
En pocas horas se conocerá finalmente su destino, puesto que el expediente en que se solicita la conmutación de su condena ya está listo para ser aprobado o rechazado por el presidente Alan García, quien tiene en sus manos la decisión.
Aunque para muchos el retorno de Berenson a su país no constituye un final feliz, parece ser una medida más adecuada que mantenerla recorriendo las calles del Perú.
No obstante, ya se encuentra en marcha una apelación para revertir su excarcelación, lo que pondría punto final a la controversia de concederle o no la gracia presidencial.
En medio de todo este revuelto, las críticas contra el ex presidente Alejandro Toledo no se hicieron esperar, ya que fue durante su gobierno que se emitió el Decreto Legislativo 927, que dio pie a que los sentenciados por terrorismo gozaran de beneficios penitenciarios. Esto se remonta a una década atrás, cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos solicitó al Estado Peruano revisar su legislación antiterrorista y adecuarla a los estándares internacionales de respeto a los derechos humanos.
Y aunque el régimen de turno derogó ese decreto en el 2009, cabe precisar que las normas no son retroactivas y ya hay en camino otros pedidos de excarcelación como el de Berenson. Quienes seguirían sus pasos son los miembros de la cúpula de Sendero Luminoso, Osmán Morote Barrionuevo y Margot Liendo Gil, así como Maritza Garrido Lecca, en cuya casa atraparon a Abimael Guzmán.