Miércoles 08 de mayo 2024 | Contáctenos
Después de su ingreso la tarde del viernes 11 al penal de máxima seguridad Miguel Castro Castro, el holandés Joran van der Sloot, confeso asesino de la joven Stephany Flores Ramírez, se ha mostrado asustadizo y casi no ha probado los alimentos que le ofrecieron los efectivos policiales de dicho recinto penitenciario.
Según sus custodios, el holandés ha pasado las primeras horas encerrado en la celda de dos metros por tres en la que fue recluido a su ingreso en el área de Prevención. No ha sido destinado todavía a un pabellón por motivos de seguridad, ya que el asesino correría el riesgo de ser atacado por los demás internos.
Por este motivo, la celda en que ha sido confinado momentáneamente cuenta con un silo y un caño, para que no tenga necesidad de salir. Un lugar en nada comparable a los presuntos lujos que el holandés se solía dar.
La mañana del sábado 12 desayunó avena con pan y en el almuerzo le sirvieron arroz con pollo, pero el holandés apenas probó bocado. Cabe resaltar que no salió en ningún momento de su celda por temor a los demás reclusos, aunque los demonios internos que lo persiguen no lo dejarán tranquilo en su pequeño recinto.
Por otro lado, según fuentes policiales de la cárcel, a pesar de que se le facilitó un colchón, Joran van der Sloot prefirió dormir en el suelo. ¿Esta actitud formará parte de una estrategia orientada a conseguir por todos los medios cumplir su condena fuera del Perú con el pretexto de temer ser asesinado en prisión, como ya ha manifestado?
VECINOS
Mientras tanto, en el área de Prevención, que no tiene contacto con los demás pabellones de la prisión, tiene como vecinos al ex alcalde de Pucallpa, Luis Valdez Villacorta, y al sicario colombiano acusado de asesinar a la empresaria Miriam Fefer, Alejandro Trujillo Ospina, quien intentó acercarse al holandés, pero fue inmediatamente retirado del lugar.
MÁXIMA CONDENA
Joran van der Sloot fue encarcelado por orden del juez Juan Buendía, quien le abrió instrucción por homicidio calificado y hurto, delitos por los que podría ser condenado hasta a 35 años de prisión, aunque algunos dudan que le otorguen la máxima sentencia.
En su manifestación ante la Dirincri, el holandés reconoció que estuvo hasta las 5:00 a.m. del domingo 30 de mayo en el casino Atlantic City de Miraflores con Stephany Flores y que luego fueron juntos a su hospedaje en el hotel TAC del mismo distrito, lo cual fue corroborado con los videos de seguridad de ambos locales que han sido difundidos por televisión.
Luego señaló que, media hora después de entrar en la habitación, él abrió su correo electrónico en su laptop y encontró un mensaje por la desaparición de Natalee Holloway, cuyo cuerpo no fue hallado en Aruba en el 2005, caso por el que estuvo hasta dos veces detenido en ese país.
El holandés indicó a la Policía que después de eso le comentó de aquel caso a Stephany y le contó que estuvo involucrado en el tema, motivo por el cual –según narró- ella le atestó un golpe de puno en la sien. “Yo reaccioné y le apliqué un codazo en el tabique. Se desmayó y le salió sangre. Luego le apreté el cuello y la asfixié con una camisa”, detalló.
Después salió del hotel y fugó en el vehículo de su víctima, que abandonó en Surco al día siguiente. Acto seguido, contrató a un taxista para viajar a Ica por la suma de 600 soles. En esa ciudad contrató a los hermanos John Williams y John Oswaldo Aparcana Pisconte, y a Carlos Euribe Pretil, para llevarlo a Chile, a quienes pagó con 1,000 dólares en efectivo y un reloj que, según dijo, costaba 7,000 dólares.
Según el acusado, los transportistas colaboraron con su fuga pese a haberles contado sobre el crimen de Stephany. Aunque no se puede creer a ciencia cierta en las palabras de un criminal, de todos modos se tiene que corroborar esta versión, ya que estos individuos podrían ser acusados de ser cómplices de la fuga del asesino holandés y por ello tendrían que rendir cuentas ante la justicia.