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REVISTA

BODA REAL

El sí de Victoria y Daniel
Con todos los lujos de un verdadero cuento de hadas, la princesa Victoria de Suecia se casó con el empresario y ahora príncipe Daniel Westling, en una hermosa ceremonia en la Catedral de San Nicolás que se extendió a todas las calles de Estocolmo.
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BODA REAL

Para muchos este es el punto clímax de una historia de amor que empezó hace nueve años cuando Victoria decidió superar un cuadro de anorexia asistiendo a un gimnasio de alta clase cuyo propietario era Daniel.

Dice la prensa suiza que el flechazo fue instantáneo. El apoyo que Victoria habría recibido de Daniel fue decisivo para que ella superara su enfermedad y sintiera que la vida le sonreía de nuevo. Daniel por su parte, quedó encandilado con la sencillez  de la joven princesa y no dudó en cortejarla.

Sin embargo, ambos sabían que su relación no sería fácilmente aceptada por la familia real, sobre todo considerando la responsabilidad de Victoria como la futura reina de Suecia y el carácter poco “noble” de la familia de Daniel.

El escándalo de la relación explotó cuando el diario “Expressen” publicó unas fotos donde se les veía a ambos muy cariñosos. El escepticismo por el origen del novio embargó al rey, pero la perseverancia de Victoria logró la aceptación de su amor.

Es así que en el año 2008, Daniel Westling se mudó a un ala lateral del palacio de Drottningholm con Victoria, una autorización que solo podía significar que finalmente el rey había aprobado el compromiso que se hizo público el pasado 29 de febrero del 2009.

DETALLES

Según la prensa que cubrió al detalle la ceremonia, esta estuvo llena de pequeños reconocimientos para con la pareja real. Precisamente, Daniel y Victoria decidieron casarse un 19 de junio, para coincidir con la fecha en la que también hicieron lo propio su padre y su madre, y en la misma catedral de Estocolmo.

La heredera sueca vistió un elegante y sencillo vestido blanco perla de terciopelo y lució además la tiara “cameo” y el velo que su madre, la reina Silvia, había usado el día de su boda. El traslado de los novios fue la misma carroza en que habían desfilado sus padres hace 34 años.

Un detalle importante fue la inusual salida de los novios de la catedral. No se lanzaron ni confeti ni globos, ni fuegos artificiales. Según comentaron, se debió a un deseo de los novios muy identificados con motivos medioambientales, por lo que muchos han denominado a esta ceremonia como la “boda Verde”.

Para compartir su dicha con el pueblo, los recién casados recorrieron casi siete kilómetros por el centro histórico de Estocolmo, acompañados por un cortejo de 80 caballos y miles de banderas de Suecia en manos de los entusiastas y emocionados ciudadanos.

A ambos lados de la calzada, más de 6,000 soldados desfilaron en honor de los novios, mientras unos 2,500 policías velaron por la seguridad del evento, sin que se registrara ningún inconveniente.

Fue sin duda una velada de cuento de hadas. El ambiente, el lujo, la realeza... todo se compaginó a la perfección para que sea un evento inolvidable. Ahora solo nos queda desear que Victoria y Daniel sean muy felices, que reine la comprensión en su hogar y que sepan sobrellevar todo lo que una “vida de reyes” implica.

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