CASTAÑEDA ¿PRESIDENTE?

En las últimas semanas, el Metropolitano, obra emblemática de un alcalde que se ufana de hablar poco pero hacer mucho, ha hecho noticia tanto en el extranjero como en Lima, para bien y para mal.

Hace pocos días, Castañeda se trasladó a Roma con una pequeña comitiva para recibir el premio “Campeones del Mundo en Gas Natural Vehicular” gracias a que el Metropolitano es el único corredor vehicular que funciona con gas natural, menos contaminante que el petróleo o la gasolina. Punto para él.

Sin embargo, en Lima esta obra le ha traído hasta el momento más dolores de cabeza que satisfacciones.

Un joven ciclista fue atropellado por una de las unidades del Metropolitano que atraviesa Barranco. Y aunque el muchacho ya está fuera de peligro, gracias al SAT se descubrió que el chofer que manejaba la unidad, Otoniel Montaño, tenía nada menos 90 infracciones de tránsito.

Además, la Contraloría había considerado con anterioridad que la intersección barranquina donde tuvo lugar el accidente, en el cruce de las avenidas El Sol y República de Panamá, ha sido mal diseñada por los ingenieros de la comuna limeña.  

El asunto no terminó ahí. Al día siguiente del accidente que involucró al ciclista, uno de los buses falló y se detuvo por espacio de una hora en el centro de Lima, ocasionando que otros cuatro buses de la misma ruta se atascaran en el carril único.

Pocos días después sucedió otro accidente. En esta oportunidad, una de las unidades del Metropolitano chocó con una camioneta en el límite de Barranco y Chorrillos. No hubo víctimas ni heridos graves. Pero el Metropolitano continuaba recibiendo críticas tras la espera de casi dos años para su puesta en funcionamiento.

Sin embargo, no se puede negar que el Metropolitano es una obra que una ciudad como Lima necesitaba con urgencia para descongestionar el caos vehicular que sufren las principales avenidas en horas punta.

Tampoco se puede soslayar el hecho de que Castañeda es un alcalde exitoso que, a pesar de su poca inclinación a comunicarse, ha sabido ganarse el aprecio popular que se refleja en las encuestas.

En los llamados conos de la capital, por ejemplo, ha construido gigantescos parques zonales, obras viales de considerable magnitud y un sistema de hospitales que atienden a los más necesitados.

A pesar de ello, los números no mienten. Según las últimas encuestas, la popularidad de Castañeda en Lima ha bajado considerablemente. La pregunta que los analistas se hacen entonces es: ¿esta baja en el nivel de aceptación en Lima se reflejará en las intenciones de voto presidenciales?

NI PRESIDENCIAS REGIONALES NI ALCALDÍAS

Aunque sus principales colaboradores le desaconsejaron hacerlo, Castañeda anunció semanas atrás que su partido Solidaridad Nacional no presentará candidatos ni para las elecciones municipales ni para las regionales en ningún lugar del país.

Esta decisión lo deja un tanto descolocado de cara a las elecciones generales, debido a que su partido se reduciría al liderazgo que él sea capaz de impulsar como candidato a la Presidencia y a las obras que pueda inaugurar hasta abril del 2011. ¿Será suficiente?

¿Y EN PROVINCIAS?

Las encuestas en provincias también deberían ser un motivo de preocupación para Castañeda. En el último sondeo de Datum, realizado a finales de abril, aparece con el 22% de las preferencias. En Lima obtiene el 29% y en el norte del país, el 24%. Pero en el sector rural sale con apenas 8%.

En términos generales, donde aparece con menor intención de voto es fuera de Lima. Este dato no resulta extraño, ya que a fin de cuentas Castañeda es burgomaestre de Lima y previsiblemente donde tiene mayor aceptación es en la capital.

Pero es un dato que sí debería preocuparle, dado que si quiere vencer en las elecciones de abril tiene primero que convencer a los electores de sectores tan ajenos a la realidad capitalina como los pobladores de las zonas altoandinas y de la selva. 

En concreto, en muchos lugares apartados de la sierra y de la selva del país, jamás han escuchado hablar de Castañeda. Ni siquiera lo conocen. ¿Podrá el candidato revertir esta situación en los meses que faltan hasta el día de los comicios?

Otra de las piedras que Castañeda deberá sacarse del zapato para avanzar con paso seguro hacia Palacio de Gobierno es el caso de Comunicore, que toma ribetes de escándalo.  

Durante la campaña, los críticos y adversarios recordarán a la población los 36 millones de dólares que la comuna limeña pagó con insólita rapidez a dicha empresa en enero del 2006 a pesar de que a Relima (titular de la acreencia) se le iba a pagar en 10 años. Unos y otros se preguntarán por qué. Y las sombras de una millonaria corrupción se cernirán sobre su candidatura.

¿Podrán el alcalde y sus asesores absolver esta y otras interrogantes? ¿Podrán hacerlo aunque a Castañeda se le conozca como el “mudo” debido a que casi no habla con los medios de comunicación y, cuando lo hace, no encuentra las palabras precisas para informar sus objetivos y planes?

Ese es otro de los retos que deberá asumir el alcalde durante la campaña presidencial. Transmitir y difundir con solvencia los objetivos y planes que tiene pensado llevar a cabo si llega a ser presidente del Perú. Conseguir que su mensaje llegue con claridad a la mayor cantidad de electores. No será una tarea fácil.

Los especialistas coinciden en señalar que basta con 10 ó 15 años más de crecimiento parejo en el aspecto económico para que el Perú comience a andar el camino que hace una década transitó Chile, para transformarse en un país en el que todos sus habitantes, incluso de las zonas más remotas y tradicionalmente olvidadas, gocen de las mismas oportunidades para conquistar el bienestar que a millones de peruanos todavía les resulta esquivo.

¿Castañeda será el llamado a dar ese primer paso? ¿o se convertirá en uno más en la lista de alcaldes de Lima que postularon sin éxito a la presidencia del Perú?