La Jaula de las Locas

SALIENDO DEL CLOSET

La atención sin duda estará puesta en los protagonistas, Diego Bertie y Carlos Carlín, que con su profesionalismo ejecutarán ambos personajes homosexuales, pero con la particularidad de tener entre sus manos un potencial enorme para explotar.

Georges (Diego Bertie) y Albin (Carlos Carlín), que es también el transformista Zazá, son la atracción de la obra, personajes dibujados con la medida exacta de gracia y sensibilidad.

Desde la versión que se estrenara en Francia en 1973 llamada La cage aux folles, pasando por su adaptación al cine interpretando extraordinariamente a la pareja gay los actores Ugo Tognazzi y Michel Serrault, La jaula de las locas ha divertido y contagiado entre plumas y disfuerzos al público, siendo el desafío inmenso para el elenco peruano que se enfrenta a una pieza de alta calidad interpretativa.

Una comedia musical que cuenta con el respaldo de ser un espectáculo popular y exitoso, al mismo tiempo de poseer una trama hilarante, nacida en la mente del francés Jean Poiret,  que busca a cada instante envolver a los asistentes en un juego de pretensiones sin inhibición alguna.

La acción se centra en el ocultamiento de la orientación sexual de Georges y Albin ante los ojos de sus futuros suegros. Georges tuvo un hijo en su juventud y Albin lo ayudó a criarlo. Él, como la madre de esta disfuncional familia, exige un lugar, su lugar; desatando las más complicas situaciones en pro de ejercer su extraña maternidad.

La propuesta es una iniciativa de la Plaza ISIL y la productora Raquel en Llamas, y va desde el viernes 9 de julio en el Teatro Peruano Japonés, contando en su elenco con Gianella Neyra, Katia Condos, Rómulo Assereto, Bruno Ascenzo, Gisella Ponce de León y Carlos Cano. Acompañados por un cuerpo de baile de 17 profesionales muy jóvenes que inyectan energía y locura al escenario, intentando seguramente arrancar más de una carcajada con sus pícaras coreografías.

TOLERANCIA Y ACEPTACIÓN

Si bien la historia original fue concebida como comedia, encierra una tragedia asolapada. La aceptación y tolerancia frente a una opción de vida diferente está puesta sobre la mesa desde el inicio, el rechazo de la familia de la futura nuera de Georges y Albin concentra una realidad que no se enfrenta si no hay risas de por medio.

¿Cuántas personas estarían dispuestas a aceptar a una pareja de homosexuales como consuegros? De eso se trata, de llevar la polémica del matrimonio gay, por ejemplo, más allá. En la naturalidad de una convivencia que exige del otro una apertura reveladora. La Jaula de las locas es el reflejo, y siempre lo fue, de lo que sufren y padecen todos aquellos que deben ocultar quienes son.

Albin encarna esa cruel exigencia al intentar Georges que actúe como un pariente pleno de masculinidad ante los visitantes, y sobre todo, negando el vínculo con su hijo. Esto es lo que más dolor causa y más debería hacer reflexionar. El centro nocturno que ambos manejan es mirado con marginalidad, casi con asco, y en ese universo de travestis y luces, Zazá, era la reina.

Una compleja encrucijada llena de matices que se mezclan entre la risa y la pena, la certeza de saber que es una propuesta teatral, pero también reconocer que Georges y Albin existen, y aún no pueden gritar lo que son y ser amados por eso. Un llamado a la tolerancia y respeto, que finalmente es lo que puede garantizar a una sociedad comprometida con sus integrantes, profesen la fe que profesen y escojan la pareja del sexo que prefieran.

NADA DE BESOS Y CARICIAS

La dupla Bertie – Carlín está en todo momento con la fuerza de la acción, con diálogos cargados de humor, respetando la versión original por la que se ha pagado todos los derechos. Tienen la misión de generar esa química que permitirá a la comedia fluir. No es fácil hacer reír, y mucho menos sin caer en el recurso fácil y barato.

Han asegurado sus protagonistas que no fue necesario incluir escenas de besos o caricias; el morbo tendrá que trasladarse a otras canchas porque en el Teatro Peruano Japonés no estará. No habrá un manejo cargado del tema homosexual, sino todo lo contrario; la imagen e interpretación de sus protagonistas deberán convencer sin echar mano de vulgaridades.

La boda del hijo de Georges es el objetivo final, antes las familias se conocen y las circunstancias y desafortunados eventos no permiten que la madre biológica del joven llegue para aparentar ser lo que nunca fue: una abnegada madre, así que Albin se presenta ante el conservador congresista que tiene la prometida por padre e interactúa con el como una dama honorable.

Lo curioso es que Albin no engaña al expresar sus ideas sobre la familia y principios morales, porque él así ha vivido, solo su apariencia cambia más no su pensamiento.

Un profundo análisis merece esta obra que hace bien Plaza ISIL y Raquel en Llamas en producir, no solo por la risota sino por lo que queda después de ella. La Jaula de las locas habla de algo más que mariconadas graciosas o vestuarios coquetos, tiene entre líneas un mensaje que debemos empezar a leer.