Ironías del destino, Britney Spears no se encuentra en su mejor estado físico pero nunca antes se le vio tan bien. Es decir, ya no tendrá las curvas ni la esbeltez de antaño cuando volvía loco a cualquier adolescente con las hormonas en punto de ebullición, pero ahora, mujer ya madura y madre de dos niños, se le ve radiante.
Así, con sus kilitos extras que no la hacen menos sexy sino más terrenal, más real para sus millones de fans que no quieren saber nada de la esquelética –y rara– Lady Gaga, sino que se concentran en la eterna “Princesa del Pop”.
Estos días, sin embargo, son especiales para los fanáticos latinoamericanos de Britney. Tras más de una década de carrera, la cantante de 30 años anunció que traerá por estos lares su más reciente gira “Femme Fatale” que, valgan verdades, no deja de recibir elogios de la siempre quisquillosa crítica musical.
Hasta el cierre de esta nota, el sitio web de la blonda cantante anunció nueve fechas en nuestro continente que vienen en este orden: el 15 y 18 de noviembre en Brasil, el 20 en Argentina, el 24 en Perú, el 26 en Colombia, el 1, 3 y 6 de diciembre en México y el 8 en República Dominicana.
Aún falta confirmar tres fechas más y no se descarta que sean en Chile, Venezuela y otra presentación más en Argentina, donde Spears tiene una gran fanaticada.
Actualmente, Britney se encuentra en la etapa norteamericana de su show que es el más ambicioso de su carrera y del que tiene que completar 39 presentaciones. Luego pasará a Europa donde le esperan 26 conciertos en las principales ciudades como Londres, París, Berlín y Madrid.
“Estoy emocionada por todas las grandes cosas que me está deparando este año”, dijo recientemente Britney en una entrevista con la revista Rolling Stone. “No puedo dejar de dar gracias a mis fans que me han acompañado en todos estos años, los amo”, agregó la cantante, quien ha mostrado en los últimos años una recuperación espectacular.
Basta recordar nomás la patética presentación que tuvo Britney en la apertura de los premios MTV del 2007 cuando había tocado fondo: estaba como ida –algunos dicen que drogada, ebria o somnolienta por tantos barbitúricos– mientras apenas podía seguir la mímica de su tema Gimme More.
Esa Britney, felizmente quedó en el pasado. Tras haber ingresado a una clínica de desintoxicación y haberse tratado sus problemas sicológicos, la “Princesa del Pop” volvió como un ave fénix y se colocó en el tope de las listas de ventas con discos bastante respetables como Circus y Femme Fatale.
Britney no solo no perdió fans por sus excesos personales y la irrupción de otras estrellas –Lady Gaga, Rihanna, Katy Perry– sino que pasó al nivel de artista consagrada que todo lo que toca se convierte en oro.
Mariah Carey una vez dijo que pocas estrellas lo han logrado y que para salir victoriosa uno tenía que, literalmente, haber batallado en el infierno y ver a los ojos al mismo demonio.
Britney parece haberlo hecho, renunció a todo aquello dañino que opacaba su buena estrella: su ex esposo Kevin Federline, las fiestas interminables, los escándalos, las malas juntas y todos los vicios de Hollywood.
Ahora, es una abnegada madre de familia y una cantante y bailarina que hace su mejor esfuerzo. Eso está plasmado en su show Femme Fatale.
“Britney se las arregló para demostrar que ella todavía está progresando como una showgirl y lo está haciendo incluso mejor de lo que sus defensores acérrimos hubieran esperado”, señaló un reciente artículo de Rolling Stone
“Hay partes en las que es muy obvio que ella canta en vivo y suena fantástica”, dijo, por su parte un periodista de Pink is the new Blog, que sale al frente de la siempre repetidas críticas de que la “Princesa del Pop” usa pistas en sus presentaciones.
¿Qué pueden esperar entonces sus fans del show? Baile a más no poder con temas de la actual Britney y viejos clásicos que la cimentaron como la lolita más sexy del pop a fines de la década de los noventa. Empiecen a juntar que la fiesta se pone muy buena.