Sábado 20 de abril 2024 | Contáctenos
El reciente sondeo de opinión de El Comercio, realizado por Ipsos Apoyo en 17 ciudades del país entre el 13 y el 16 de julio, puso en alerta a la ciudadanía que recuerda con turbación lo que significó el dictatorial gobierno de Alberto Fujimori.
Y es que quien figura primera en las encuestas por segunda vez consecutiva es nada más y nada menos que la hija del ex presidente: la congresista Keiko Fujimori. Pero ella no encabezaba el sondeo de opinión por haber aumentado su intención de voto. No señor. Ella seguía manteniendo el 22% que obtuvo el mes anterior.
Lo que había sucedido es que Luis Castañeda Lossio, quien prácticamente hasta hace pocos meses encabezaba todas las encuestas con miras a las elecciones presidenciales del próximo año, había perdido terreno. La hija del ex mandatario antidemocrático lo relegó nuevamente al segundo lugar.
Mientras Keiko Fujimori mantiene el 22% de intención de voto, el apoyo al alcalde de Lima disminuyó de 21% a 20%, ampliando la ventaja entre ellos en dos puntos porcentuales.
Lo que ha tumbado a Castañeda en las encuestas son los hechos de corrupción que manchan su gestión como el famoso ‘caso Comunicore’. Fue el diario Perú21 el que destapó el irregular pago de casi S/. 36 millones que hizo la Municipalidad de Lima a esa cuestionada empresa ‘fantasma’ en una dudosa operación.
Tampoco pasan desapercibidos los cuestionamientos por las presuntas deficiencias técnicas y los sobrecostos en la construcción del Corredor Vial Metropolitano.
Los resultados del primer examen especial de la Contraloría General de la República revelaron una serie de omisiones técnicas y el uso ineficiente de los recursos públicos durante la construcción de los tramos I y II del Corredor Sur del Metropolitano.
Esta y otras perlas de la administración de Castañeda han repercutido negativamente en la desaprobación de su gestión, con la consecuente disminución de sus posibilidades de convertirse en el próximo presidente constitucional del Perú, favoreciendo –de este modo- a la candidata del fujimorismo.
Si bien es cierto que Castañeda todavía goza de una aceptable intención de voto, esta ha disminuido notoriamente y es más que probable que no le sea nada fácil remontar en las encuestas. Menos aún mientras continúe sin aclarar las irregularidades que lo rodean.
No por gusto es tan famoso aquel dicho que dice que en la puerta del horno se quema el pan... y todo parece indicar que Castañeda ya está oliendo a humo...