Viernes 26 de abril 2024 | Contáctenos
A primera vista, Taylor Swift carece de todos los elementos que harían de ella una cantante exitosa en la superficial industria musical estadounidense. No fuma, no toma, no se droga, no explota su sexualidad, no baila y menos tiene una gran voz.
Sin embargo, y sin ánimos de exageración, esta blonda chica del campo de 21 años ha conquistado a todo Estados Unidos y es, de largo, la cantante más exitosa del momento, la más vendedora y la que más aclamación recibe de la siempre renuente crítica.
Ni siquiera Lady Gaga, con sus disfuerzos y poses seudo vanguardistas, puede hacerle sombra a una Swift que en solo cuatro años ha vendido 17 millones de álbumes y ha roto casi todos los récords de la industria.
¿Cuál ha sido la clave de su éxito?, se preguntan muchos en Hollywood. ¿Será acaso ella una excepción de la regla que dice que en el mundo de la música solo el más fuerte sobrevive?, o quizá, Taylor Swift está lejos de ser ese ‘venado moteado’ inocente que aparenta y es, en realidad, una ‘tigresa’ en todo el sentido de la palabra.
LA PERFECCIÓN COMO ARMA
En Estados Unidos cada día se abren más foros intentando explicar el fenómeno Swift o, como dirían algunos, el fenómeno Sweet –dulce en inglés–. Y es que todo lo referente a Taylor es edulcorante, desde su imagen de niña buena –casi casi como una Barbie de carne y hueso– hasta su música en la que dominan las baladas de amor y desamor.
Esta fascinación por la perfección está presente, por ejemplo, en las cientos de miles de jovencitas que consumen y disfrutan su música. En Estados Unidos, no hay que olvidarlo, las adolescentes son más soñadoras y conservadoras de lo que se suele creer.
Todavía hay quienes creen, imbuidos por una estricta educación religiosa protestante, en el amor a primera vista, en los votos de castidad y la pareja perfecta. Basta mirar el éxito que han tenido, entonces, programas de la compañía Disney como la virginal Hannah Montana o los castos Jonas Brothers.
Junto con Miley Cyrus, Selena Gómez o Demi Lovato, Taylor Swift responde a la necesidad del mercado norteamericano por comprar mensajes esperanzadores y casi perfectos.
TALENTO INNATO
Pero hay un detalle importante que no hay que olvidar. Y es que Taylor Swift, quien ha salido de las canteras de la música country, tiene algo que la distingue de otras estrellas adolescentes: su talento innato.
Ella, sin duda, ha nacido para ser una estrella. A los seis años ya actuaba en el teatro del colegio en Pensilvania, de donde es oriunda, y a los ocho años ganó un concurso nacional de poesía con un poema de tres páginas que escribió titulado Monster in my closet.
No había terminado de crecer para alcanzar el micro cuando comenzó a participar en los karaokes de la ciudad. A los 10 años aprendió a tocar guitarra y con ella a expresar por primera vez sus emociones que, bajo los acordes musicales, se transformaron en sus primeras canciones. De allí no paró.
Cuando en el 2004 fue descubierta por el productor Scott Borcheta, que le hizo firmar un contrato con la discográfica independiente Big Machine Records, su destino estaba claro, sería una estrella.
Hasta ahora ha grabado tres discos, uno más exitoso que el otro, y en los que ha participado en la escritura y co escritura de todos los temas. Por ejemplo, el primero, con el homónimo Taylor Swift, ha vendido siete millones de copias lo que significa triple disco de platino solo en Estados Unidos y Canadá.
Por su trabajo consiguió el premio de la Asociación de Compositores de Nashville al mejor cantante y compositor, siendo hasta la fecha la artista más joven en recibirlo.
Con el segundo disco, Fearless, Swift se confirmó como la cantante más exitosa y vendedora del 2008 –más de 10 millones de copias en Estados Unidos–. Ganó cuatro Grammys, incluyendo el codiciado Mejor Álbum, siendo la cantante más joven en conseguirlo.
Y ahora en el 2010 presenta Speak Now, su disco más “personal y ambicioso” según sus propias palabras. En su primera semana ha vendido más de un millón de copias y los expertos consideran que para fines de año ya habrá sobrepasado las tres millones de copias vendidas, un récord para cualquier artista vivo en toda la historia de la música.
Como diría un crítico musical del diario The New York Times, “esto es más que un fenómeno pasajero”. Estamos ante la irrupción de una estrella que de seguir así puede entrar en la vitrina de las leyendas internacionales.
El problema es que la audiencia mundial no es tan dócil y convencible como los norteamericanos. Taylor Swift continúa siendo una desconocida fuera de Estados Unidos y el country un “localismo musical” que poco o nada llama la atención en lugares como Japón, China o Francia.
Hay quienes creen que Swift está evolucionando en su imagen al punto de dejar atrás sus botas tejanas con bordados y podría hacer lo mismo con su música lo que supone un riesgo para su carrera.
Otras cantantes de country intentaron hacerlo, pero solo una, Shania Twain, pudo lograrlo, aunque terminó por adulterar el sonido hasta volverlo un pop comercial.
¿Correrá la misma suerte Taylor Swift? Ella dice que está lista para conquistar el mundo con Speak Now. Solo falta saber si el mundo puede seguirle los pasos a la nueva reina de la música norteamericana.
OTRO DATO
Sobre su último trabajo, Speak Now, Taylor Swift ha dicho que espera que la gente tome importancia a decir las cosas que sienten en su corazón, a aprender a no quedarse callado porque las consecuencias pueden ser fatales.
TAYLOR SWIFT EN PALABRAS
"No me gusta ese sentimiento de ser tratada como un paquete sumamente frágil que tiene que ser enviado por correo de primera y tratado con guantes blancos."
"Decir cosas a través de mis canciones que realmente interesen a la gente es mi más grande esperanza y decir cosas a las que nadie importe definitivamente es uno de mis más grandes miedos."