Con la sonrisa y el buen humor que lo caracteriza, chupando siempre un caramelo, dispuesto a dejarse tocar donde sea necesario y cuantas veces sea preciso, Kuczynski ha manifestado que su ascenso en las encuestas es un fenómeno que ya veía en las calles y que las encuestadoras no han hecho más que aceptar esta realidad.
“Me agrada que por fin las encuestadoras se den cuenta de esto, pero mucho más me agrada el apoyo de la juventud, el apoyo de la gente que piensa como jóvenes, todos los que quieren un cambio en el Perú, y no más de lo mismo”, declaró.
Además, agregó que los diez puntos que le otorgan las encuestadoras se quedan chicos cuando se pasea por los mercados de Lima. “Cuando me paseo por un mercado, creo que tengo 35% de aprobación”, comentó.
A pesar del estirón que ha dado el espigado PPK, los sondeos de opinión todavía lo ubican lejos de los favoritos Alejandro Toledo (27%), Keiko Fujimori (22%), Luis Castañeda (17%) y Ollanta Humala (16%).
Sin embargo, el candidato de Alianza por el Gran Cambio confía en seguir incrementando su intención de voto gracias al apoyo de los jóvenes y de las mujeres.
“Yo creo que tenemos un apoyo tremendo en dos grupos que no están bien representados en las encuestas, que son los jóvenes, muchos de los cuales son estudiantes y no tienen la oportunidad de ser encuestados, porque las encuestadoras van a las casas en las mañanas; y las mujeres”, señaló en diálogo con los periodistas.
Según precisó, las señoras y los jóvenes siempre lo saludan con gran cariño cuando realiza sus recorridos proselitistas en distintas ciudades del país. Además, se mostró optimista debido a la buena respuesta que ha tenido su campaña a través de las redes sociales.
“Hoy somos el número uno en Internet; desde que empezamos hace dos meses hemos tenido 10 millones de vistas en Facebook, en Twitter, más que cualquier otro candidato”, aseguró.
Efectivamente, el número de seguidores de PPK en Facebook y en Twitter alcanza a la fecha las decenas de miles y cada día se agregan cientos más. Basta echar una mirada a los comentarios que estas personas publican en la cuenta del candidato para darse cuenta del enorme arraigo con que cuenta entre los jóvenes, principales usuarios de las redes sociales.
Otro factor que podría contribuir a explicar el fenómeno PPK es el acertado spot publicitario aparecido en la televisión en las últimas semanas, donde se anima a los electores indecisos a votar por el candidato recordándoles las experiencias pasadas de Alberto Fujimori y Susana Villarán, a quienes nadie consideraba como favoritos en las encuestas pero que terminaron llevándose el triunfo.
La gente dice en la calle: Me gusta PPK pero no va a ganar y si voto por él perderé mi voto, así que mejor elijo otro que tenga mayores posibilidades. Basado en ese razonamiento, los publicistas de PPK tuvieron la idea de decirle al electorado que el voto por PPK no es un voto perdido.
Otra buena idea de sus asesores probablemente haya sido la incorporación a la campaña de la esposa del candidato, Nancy Lange, quien ha mostrado el mismo ánimo relajado y bromista de su marido.
Hace unos días, ambos arribaron a la ciudad de Iquitos, donde el postulante presidencial visitó la localidad de San Pablo, donde pasó buena parte de su infancia debido a que su papá era director de un leprosorio de la zona.
La esposa de PPK declaró a los medios que no sabía si se iba a dejar ver más en la campaña porque tenía una hija de doce años que cuidar en la casa.
Para subir en las encuestas, PPK ha tenido que olvidarse un poco de las propuestas (que, la verdad, no le interesan a la mayoría de la gente porque simplemente no las entienden o les parecen demasiado aburridas) y concentrarse en bailar, cocinar, saltar, arrojarse al piso e incluso dejarse tocar en áreas que deberían ser exclusividad de su esposa.
Hace unas semanas, durante una movilización en el Callao como parte de su campaña proselitista, una mujer se acercó a PPK y le tocó (casi apretó) los genitales ante la mirada maravillada del resto. En ese momento PPK se hizo el loco y miró hacia otro lado, pero días después respondió en su cuenta de Twitter: “Me agarró desprevenido”.
Casi dos semanas después del incidente, PPK se reencontró con la mujer en el relanzamiento del programa de mediodía Lima Limón, conducido por la actriz Johanna San Miguel. Ambos se abrazaron y cruzaron un par de palabras, pero PPK tuvo el buen tino de protegerse la zona de peligro para evitar ser víctima nuevamente de la peculiar muestra de cariño.
En Lima Limón, PPK bailó, bromeó, jugó, hizo bromas de doble sentido y hasta se animó a darse un beso con su esposa, con lo que dejó cubierto el rubro “amas de casa y señoras”, que es el público objetivo del programa del mediodía.
También hizo lo mismo en otro programa de espectáculos, La Noche es Mía, que se emite en el horario de las once de la noche, conducido por el también actor Carlos Carlín. Igual que en Lima Limón, PPK hizo cuanto tuvo que hacer (incluso cocinar unos huevos revueltos) para caerle bien al público objetivo de La Noche es Mía, que es el público joven.
En ambos programas casi no habló de sus propuestas en materia económica o laboral o social. Simplemente se dedicó a comportarse como un buen candidato y a demostrar, con eso, que él también puede ser un político profesional además un profesional impecable.
En los programas políticos (los llamados “serios”), PPK ha hablado hasta la carraspera de propuestas como la necesidad de reducir el IGV hasta el 15% al finalizar el 2016, eliminar el impuesto a las transacciones financieras (ITF), crear en cada región del país un colegio mayor como el de Lima, incrementar el presupuesto de Salud y fusionar el Minsa con EsSalud en un solo sistema de salud para una mejor atención, aumentar el sueldo de los policías hasta el 50%, reequipar las Fuerzas Armadas para la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, entre otros ofrecimientos.
Por supuesto, a quién le importan estas cosas aburridas que las personas no entienden porque no quieren o porque no pueden. Por eso, PPK debe salir en los programas del mediodía o de la medianoche bailando como mono, comer todos los platos de mondonguito o de chanfainita que le acerquen en los mercados y permitir que casi cualquier persona lo toquetee a su antojo.
No está mal. PPK es un candidato a la Presidencia del Perú y si quiere ganar esas elecciones tiene que hacer eso y más. A menos de un mes del 10 de abril, la pregunta es: ¿será suficiente?