Hay algunas cosas en el pasado del candidato presidencial Ollanta Humala Tasso que no están del todo claras y que por el bien de su candidatura debiera explicar.
En abril de 1992, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, el ex presidente Alberto Fujimori disolvió el Congreso, intervino el Poder Judicial y convirtió su gobierno en una dictadura. En aquel tiempo, Ollanta Humala era miembro del Ejército Peruano. Desde abril de 1992 hasta mediados del 2000, el hoy candidato de Gana Perú sirvió a la dictadura fujimontesinista en su calidad de militar en actividad. Era bien sabido que las Fuerzas Armadas estaban al servicio de Fujimori, pues estaban controladas por Vladimiro Montesinos.
Humala nunca protestó por el autogolpe de Estado de 1992. Durante largos ochos años (entre abril de 1992 y mediados del 2000), nunca protestó por los crímenes de la dictadura, ni las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos. Siguió sirviendo al Ejército Peruano como el “Capitán Carlos”.
Ollanta no tuvo el coraje para apartarse de un Ejército que fue corrompido por Montesinos, como sí lo hicieron otros militares. En noviembre de 1992, una veintena de militares en actividad, encabezados por Jaime Salinas Sedó, se levantaron en defensa de la democracia. Humala, que era capitán, no estuvo entre ellos.
Ollanta Humala recién se levantó el 29 de octubre del 2000, cuando el gobierno de Fujimori ya estaba en declive luego del escándalo desatado por la propagación del primer vladivideo.
Sospechosamente, Humala se levantó el mismo día en que Montesinos se escapaba en el velero Karisma, después de hacer varias llamadas por teléfono satelital desde la embarcación al Cuartel Militar de Locumba (Tacna), que entonces comandaba Ollanta. Algunos podrían decir que se trató de una cortina de humo para que el ex asesor presidencial escapase con comodidad.
Del 1 de julio de 1999 al 1 de enero del 2000, Humala se desempeñó como jefe de Relaciones Públicas del general montesinista Abraham Cano Angulo, quien luego recomendó el ascenso a comandante de Ollanta.
El 1 de enero del 2003, ya con el retorno de la democracia, el gobierno de Alejandro Toledo manda a Ollanta como agregado militar en París, Francia, con un suculento sueldo. Posteriormente, el 1 de enero del 2004, el régimen toledista lo nombra agregado militar en Seúl, Corea del Sur. Aquí cabe preguntarse: Si Humala repudiaba la gestión de Toledo y la criticaba, ¿por qué aceptó un cargo tan bien remunerado de manos de su gobierno?, ¿no es eso falta de coherencia?
Todavía desempeñando el cargo de agregado militar en Seúl, Ollanta incitó al pueblo peruano a levantarse contra Alejandro Toledo –elegido democráticamente por voluntad popular- mediante un pronunciamiento que hizo en enero del 2005 respaldando la toma de la comisaría de Andahuaylas encabezada por su hermano Antauro, que dejó cuatro policías muertos.
“Hago un llamamiento al pueblo peruano: la lucha para rescatar nuestra democracia pasa necesariamente por desconocer al señor Alejandro Toledo y recuperar nuestra soberanía popular que nos ha sido robada. Por tanto, es momento de levantarnos y demostrar al Gobierno y a la casta política antipatriota que el pueblo peruano es capaz de asumir una actitud viril cuando es estafado por un gobierno (...) La insurgencia popular en este caso es un deber y así lo demando. A la ciudadanía los insto a participar activamente en nuestro destino nacional mediante la realización de marchas y movilizaciones demandando la salida de Alejandro Toledo de la Presidencia de la República”.
En octubre del 2005, Ollanta y su padre, Isaac Humala, rindieron homenaje al golpista y dictador Juan Velasco Alvarado en un acto público en Villa El Salvador. ¿Negará que es su fiel admirador?