Quince mil personas ya deliraban en la explanada del Monumental mientras la espera se hacía más desesperante, muchas niñas habían asistido con sus padres, resguardadas de la posible histeria colectiva que se desataría. A las seis y media de la tarde la cantante nacional Nicole Pillman entraba al gran escenario preparado para Cyrus con la difícil tarea de ser su telonera.
Cuando una artista internacional es tan esperada es imposible no sentir algo de lástima por quien tendría que antecederla, las fanáticas solo querían a Miley. Sin embargo, Pillman se plantó en el escenario dispuesta a conquistar, un poco aunque sea, el interés del público. Con un repertorio un tanto aburrido para el tipo de concierto salvó la ola cada vez que inteligentemente mencionaba el nombre de Miley Cyrus.
El tiempo pasaba y el descontrol parecía instalarse en la explanada, los asistentes se paraban en sus sillas, los pasadizos eran abarrotados de muchachitas que pugnaban por encontrar la mejor ubicación. Cuatro pantallas gigantes estratégicamente colocadas garantizaban que nadie se quedaría sin ver el espectáculo.
El concierto estaba pactado para las siete de la noche y a pesar de las constantes llamadas de atención de los organizadores por el desorden y las tibias amenazas de no permitir que se inicie el show hasta que todos bajen de las sillas, la música irrumpió y los gritos fueron simplemente ensordecedores.
Una Miley Cyrus hecha mujer, dejando muy atrás la imagen de niña dulce de Disney, enfundada en un traje de cuero negro se hacía dueña del escenario al arrancar con la canción Liberty Walk. Y lo hacía con la seguridad de saber que tiene a sus fanáticas, y a las madres de ellas, en la palma de la mano... la energía se elevó a su máxima expresión entonces.
Desenfadada la joven cantante de 19 años continuó con su gira Corazón Gitano en nuestro país, habiendo dejado a sus fans ecuatorianos felices con la presentación de hace unos días.
Un llamado a la insurgencia fue su anuncio de bienvenida, lo que provocó que la fanaticada, más rebelde que nunca, permaneciera de pie en cada silla y cantara sus canciones a gritos: "Hola a todos, muchas gracias chicos por estar aquí esta noche. Este es nuestro segundo show de la gira Corazón Gitano. Estamos muy felices, la siguiente canción se llama Robot, pero no la voy a poder cantar porque se trata de que no pueden ser capaces de decirte qué hacer, y yo veo mucha gente sentada, alguien por ahí les dijo que se sentaran, yo les digo que se pongan de pie. Párense todos, todos párense. Sé que estamos rompiendo las reglas, pero eso está bien”.
El show mostraba a una artista consagrada intentando dejar muy lejos su pasado infantil y pugnando en cada movimiento por hacer el gran cross over entre la inocencia y la adultez. Aunque en definitiva el 70 por ciento de su publico aproximadamente eran niñas que la observaban con la boca abierta.
La controversia la ha acompañado desde que terminó su etapa de Hannah Montana, la dificultad para mutar de piel y convertirse en una artista madura y de largo aliento es su desafío más grande.
Sin apelar al recuerdo, Miley Cyrus planteó un espectáculo cargado de lo que es hoy, más de cinco cambios de vestuario, una producción cuidada al milímetro y una presencia que se hacía justa y necesaria como despedida, ya que las miles de niñas que la tienen en la mente como aquella juguetona y carismática pequeña que creció con ellas en la televisión, merecían verla antes que se convierta en una cantante totalmente alejada de su niñez, y ellas también.
Los miles de padres que acompañaban a sus hijas en ese loquerío de histeria colectiva y gritos desesperados disfrutaron el verlas convertirse en una noche parte de Miley Cyrus, parte de su música que conocían a la perfección, parte de las canciones que viven con ellas en sus mp3 y computadoras, parte de su infancia e ilusión.
Una noche cargada de emoción que con Take me along, The climb y Can't be tamed, simplemente hizo despegar a todos de sus lugares. Si bien la cantante no habló en español en ninguna oportunidad, hubo un detalle significativo. Colocaron en la pantalla gigante ubicada de fondo en el inmenso escenario la imagen de la bandera peruana ondeando, y ella cantaba una suave canción frente a ella.
Momentos únicos que quedarán impresos en las retinas de sus fans peruanas por mucho tiempo. El concierto lo cerró con Who owns my heart, vestida de rojo y despidiéndose de su publico agradeciéndoles por esa noche tan especial.
Las canciones que Miley Cyrus interpretó en la explanada del Monumental:
Liberty Walk, Party in the U.S.A, Kicking and Screaming, Robot, I Love Rock 'n' Roll/ Cherry Bomb/ Bad reputation (covers de Joan Jett y The Runaways), Every Rose Has It's Thorn (cover de Poison), Obsessed, Forgiveness and Love, Fly On The Wall, 7 Things , Scars, Smells like teen spirit (Cover de Nirvana), Can't Be Tamed, Landslide (Cover de Stevie Nicks), Take Me Along, Two More Lonely People, The Climb, See You Again, My Heart Beats For Love, Who owns my heart.