Como no podía ser de otra manera, los primeros comentarios, las primeras celebraciones y también las primeras resignaciones, comenzaron a circular en las redes sociales más usadas por los peruanos como son Facebook y Twitter.
También empezaron a surgir las críticas de quienes no están contentos con los resultados. Cuando el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien promovió el voto a favor del candidato de Gana Perú, declaró que con su triunfo se ha salvado la democracia, que nos hemos salvado de una dictadura y que su “trabajo ha terminado con la victoria de Ollanta Humala”, los comentarios no se hicieron esperar.
Así, una gran cantidad de peruanos empezó a “exigirle” en la red que tal como promovió el triunfo de Humala, se ponga la camiseta y venga a vivir al Perú para disfrutar de las bondades que el nuevo gobierno trae consigo. Muchos critican que peruanos que radican hace muchos años en el extranjero y que ya cuentan hasta con otra nacionalidad -como nuestro Premio Nobel que tiene la nacionalidad española- hagan proselitismo a favor de tal o cual candidato cuando ni siquiera disfrutarán lo bueno o lo malo que pueda hacer este candidato al llegar al poder.
“Vargas Llosa: te esperamos aquí para que disfrutes en tu tierra el gobierno que has apoyado. Estoy seguro que ya no irás a Madrid y Nueva York. Demuéstranos tu grandeza”, “También invitamos a su bebe Alvarito que traiga todo su dinero a invertirlo”, “La democracia se salvó efectivamente y que venga MVLL y toda su family a vivir al Perú y que Keiko y los suyos tampoco se vayan a USA”, son algunos de los comentarios en Facebook que aparecieron a los pocos minutos del flash electoral que anunció a Ollanta Humala como el próximo presidente del Perú.
El regocijo por la derrota del fujimorismo tampoco se dejó esperar entre quienes lucharon por evitar que Keiko Fujimori gane la Presidencia de la República. El colectivo ciudadano NO a Keiko, que agrupa a más de 193 mil peruanos, cambió su imagen de perfil y colocó una bandera blanca con el NO como escudo, a modo de triunfo, por haber contribuido con su campaña a que el pueblo peruano no olvide las atrocidades cometidas durante el gobierno de Alberto Fujimori, cuya hija aspiraba llegar al poder.
Esto nos demuestra que el país está dividido y que terminado el proceso electoral es hora de la reconciliación, de la unión de los peruanos para seguir luchando por un Perú mejor. En tal sentido, será importante ver las primeras acciones de Ollanta presidente, reconociendo que la mitad del Perú no votó por él.
Y es que mantener una economía con una de las tasas de crecimiento más altas de la región y disminuir la pobreza en la que vive un tercio de la población no es el único reto que debe enfrentar el presidente electo. Tendrá que sortear la polarización existente con gestos políticos nítidos, tratar de integrar a los sectores que se sienten excluidos. Un gran reto, sin duda.