Una serie de retratos de gran formato. En un nítido blanco y negro. A medio cuerpo. Con fondo neutro. Ancianos, niños, un aparcacoches, un legionario, un joven con la mejilla cosida, un transexual, un cura. Quien les tomó la foto con su cámara fue Ricky Dávila (Bilbao, 1964). Su proyecto se llama Ibérica y viene siendo expuesto en Lima.
En Ibérica, Dávila –ganador de los premios Ortega y Gasset 94, Fotopress 95 y II World Press Photo– busca hurgar en la identidad de sus “víctimas”, como se define uno de los fotografiados.
Dávila, ha creado con esta propuesta un territorio a medio camino entre la ficción y la realidad en el que ha ido construyendo un inventario de rostros y paisajes a lo largo de los últimos años. De esta manera, las más de cien fotografías que componen la exposición nos hablan de un proyecto que intenta adentrar como ningún otro el misterio del alma humana.
En su intento por destapar vidas, Dávila descubre la verdad de sus personajes a través de retratos intensos. “Desde la década de los noventa, en la que desarrollé mi trabajo en el ámbito del fotoperiodismo, mi trabajo ha ido evolucionando desde un uso fundamentalmente informativo de la cámara hacia una visión más metafórica. Este trabajo se sitúa entre ambos extremos, documento y metáfora”, explica el artista en una entrevista a un diario español.
A sus 44 años, Ricky Dávila puede presumir de ser uno de los fotógrafos más importantes de España. Por ello, consideramos de verdadera importancia visitar la muestra y adentrarse en los mapas faciales que nos presenta.
IBÉRICA puede visitarse en la galería El Ojo Ajeno del Centro de