Efectivamente, el Viagra es consumido tanto por aquellos que, dada su edad, presentan este tipo de disfunción, como por jóvenes que la ingieren tras un frenético momento de alcohol y/o drogas. Según dicen, estos recurren a la “pastilla azul” para obtener la energía necesaria y la seguridad de no fallar a la “hora de la verdad”. Haciendo caso omiso incluso a las contraindicaciones que existen para pacientes con problemas cardiacos o de hipertensión, si en caso alguno de ellos lo presente.
El tema genera controversia, pues normalmente los jóvenes en su gran mayoría –más allá de casos excepcionales que en número no tienen por qué ser pocos, pero en porcentaje sí– no presentan problemas de disfuncionamiento eréctil. Sin embargo la consumen. Y aunque no se dispone de estadísticas por el momento, podemos presumir por la información que contamos que el número de casos va en aumento. ¿Por qué está situación?
¿Por qué los jóvenes que no presentan problemas de disfunción eréctil consumen Viagra o sus similares? ¿Qué se esconde detrás de esta necesidad de ser más potentes de lo que normalmente son? ¿Simple placer, o acaso una actitud que refleja una profunda inseguridad ante la vida y en la forma en la que se relaciona con el sexo opuesto en particular?
Los jóvenes no constituyen una excepción a la regla
Mariano Querol, distinguido psiquiatra, dijo para GENERACCIÓN que el consumo juvenil del Viagra “brinda ‘seguridad y confianza’, pues psicológicamente los varones con impotencia pueden tener miedos sexuales que surgen de la ignorancia, las inhibiciones culturales, las expectativas poco realistas y la ansiedad sobre su rendimiento, y el Sildenafilo constituye la solución que diluye los sentimientos de culpa y angustia por no sentirse verdaderos ‘hombres’. Y en esto los jóvenes por diversos motivos no tienen por qué ser una excepción”.
Para Querol, hay una sola verdad a secas y que puede sonar cruda para muchos: “Todo se resume en que el hombre quiere ‘tirar rico’ y además, necesita demostrar que es más macho que lo tradicional”. Y en eso, según una vez más Querol, “el Viagra es de gran ayuda, porque si bien este pequeño milagro químico facilita la erección, posee entre sus bondades innatas la ventaja de prolongarla por mucho más tiempo de lo que cualquier amante bandido podría”.
“El gran tema en el sexo es la seguridad y la inseguridad”, explica Querol, “si estás inseguro de tener una erección eficiente antes de una relación, o incluso, de no tenerla, esto te provocará miedo, ansiedad, lo cual es peligrosísimo para un hombre antes de mantener una relación sexual”. Toda una fuente de frustración pues. Así las cosas, el especialista enfatiza que el verdadero secreto es que el Viagra ofrece la seguridad necesaria de que el varón tendrá una erección “cumplidora” y, además, que la tendrá por largo tiempo y “aleluya”.
Sin embargo, añade que en el caso del consumo de Viagra por parte de los jóvenes principalmente durante los fines de semana, este se debe a la necesidad de contrarrestar los efectos de impotencia que provoca en muchos de ellos el consumo desmesurado de alcohol y drogas. Preciso también el psiquiatra que “es importante informarse de todas las bondades y contraindicaciones del producto a usar, sobre todo si este se consume en momentos de riesgo para el joven, como son los momentos en que estos ingieren licor o estupefacientes”.
Lo que hay detrás: placer más placer
Sin embargo, como dijimos, ¿qué hay detrás del deseo de ser más potente de lo que ya se es? Para el especialista, el Viagra sencillamente “facilita la erección”. “En el momento en que el muchacho tiene inseguridad se pregunta, ‘se me parará o no se me parará’, en ese sentido, para sentirse más seguro, toma la pastilla. Eso es lo que permite estar más tranquilo”, señala.
Más aun, reforzando su argumento, Querol indica que este fármaco, prolongando la erección, disminuye el índice de eyaculación precoz entre los jovenes. “Se puede decir que en muchos casos permite un manejo adecuado de la eyaculación precoz o prematura, “que no es cosa rara entre los jovenes de nuestro país y por qué no también en otras latitudes”, sentenció, dejando entrever que la ansiedad mata sexualmente a los jovenes.
“No hay que olvidar que el objetivo del sexo es el placer y el placer es mucho mayor cuando hay seguridad (de poder concretar el acto)”, repitió más una vez Querol, ante nuestra insistencia de saber que había detrás del acto de consumir Viagra.