Coraje, valor, entrega y disciplina moral son los principales requisitos que todo aspirante a la Escuela Militar de Chorrillos (EMCH) debe tener. Y es que sobre sus manos recae el continuar velando por un verdadero clima de paz en el país, por lo que ingresar a una de las instituciones castrenses más importantes del Perú, conlleva una serie de exigencias.
Sobre todo porque se trata de una de las instituciones más antiguas de América Latina. Su historia se remonta al siglo XIX. Fundada un 30 de enero de 1830, la EMCH se creó durante el gobierno del Mariscal Agustín Gamarra en un ambiente del Convento de San Pedro, de donde, dos años más tarde, egresó la Primera Promoción de 109 Oficiales, entre Subtenientes de Infantería y Alfereces de Caballería.
Tras cuatro recesos, el entonces presidente Nicolás de Piérola, dispuso la creación de la Escuela Militar a partir del 1 de diciembre de 1896, siendo inaugurada dos años más tarde, exactamente un 24 de abril, en el local ‘Los Cabitos’ con el Coronel Pablo Clement como director.
Después de funcionar ininterrumpidamente durante 47 años en ‘Los Cabitos’, se dispuso su traslado a su actual local, bajo la denominación de Escuela de Oficiales, pero en 1951 se oficializa el nombre a Escuela Militar de Chorrillos, tal como se le conoce en la actualidad.
Rompiendo la tradición, en 1996, el Congreso de la República autoriza el acceso de las mujeres a las Escuelas de Oficiales de las Fuerzas Armadas, con lo que un nuevo hito se instaura en la historia de la EMCH a partir de 1997. Un total de 50 féminas formaron parte de la promoción que ingresó cuatro años después.
Así, con una historia llena de hechos y anécdotas que han fortalecido su abnegada labora, de la EMCH han egresado de manera ininterrumpida entre 1991 y el 2000, un total de 105 Promociones de Oficiales en Artillería, Armas de Infantería, Ingeniería, Comunicaciones, Servicios de Material de Guerra e Intendencia, y Caballería, donde la labor del Coronel de Caballería Jorge Hurtado ha sido más que fundamental.
Con la tradicional ceremonia de renovación de promesa de fidelidad a la bandera por parte del batallón de cadetes, actualmente la EMCH –bajo la batuta del General de Brigada Juan Gutiérrez Castro– vela no solo por la educación de los cadetes, sino que cada tres meses sus autoridades se preocupan por intercambiar experiencias con las otras Escuelas de Oficiales (Marina y Fuerza Aérea), básicamente con los cadetes de 5º año.
Así, a las tradicionales aulas de estudio, se suman las mejoras al comedor, al coliseo, al gimnasio, a la capilla y las otras áreas donde se les imparte nuevas enseñanzas a los estudiantes, que tras cuatro años de estudios entienden el verdadero sentido de formar parte de una institución castrense.
De esta manera, la EMCH cumple con su noble y patriótica misión de ‘Formar oficiales del Ejército’, quienes se entregan al irrenunciable deber del sagrado amor a la Patria, garantizando la independencia, soberanía e integridad territorial del Perú. ¿Se animan a postular?