Es el artículo 90 de la Carta Magna el que establece que el número de congresistas es de 120, pero hay un Proyecto de Ley que se encuentra en la Comisión de Constitución del Congreso que busca modificarlo para que la cantidad de parlamentarios sea establecida mediante una norma con rango de ley. La iniciativa presentada por la Célula Parlamentaria Aprista busca, además, que el número de representados guarde proporción con el número de la población de cada jurisdicción.

El legislador Javier Valle Riestra, uno de los firmantes del proyecto, argumenta que la Constitución no debe fijar el número de parlamentarios porque la población varía y hay que adecuarse a ello. Precisa que no solamente Lima, todo el país en general, está sub-representado. "Ciento veinte es un número insignificante para más de 28 millones de habitantes", asegura el constitucionalista.

UN POCO DE HISTORIA

La Constitución de 1993 redujo drásticamente el número de congresistas a 120, cifra sorprendentemente inferior a los 138 representantes que teníamos en 1919, a los 141 parlamentarios de 1924 y 1929, a los 182 de 1939, 189 de 1945, 196 de 1950, 237 de 1956, 184 de 1963 y los 240 legisladores de 1980, 1985 y 1990 (60 senadores y 180 diputados). Paradójicamente, actualmente tenemos el mismo número de parlamentarios que tuvo el Congreso de 1857.

La reducción que efectúa la Carta Magna de 1993 de 240 a 120 congresistas no solamente fue contraria al aumento poblacional, sino que atentó contra la natural tendencia de los Parlamentos de adecuar el número de sus miembros al incremento del electorado. El tamaño del Congreso peruano es así comparable al de otras naciones pequeñas como Gabón, Israel, Macedonia y Senegal, que ni siquiera sumando a los cuatro, el número de sus pobladores logra superar al Perú.

En resumidas cuentas, la reducida cantidad de legisladores determina que el número de representantes asignados a cada región resulte, en la gran mayoría de casos, muy pequeño; cuando un mayor número de congresistas sería el que facilitaría una mejor representación de las minorías en el primer poder del Estado que es el Congreso de la República.

LOS OLVIDADOS

¿Y los peruanos en el exterior? Según nos cuenta el ex jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Fernando Tuesta Soldevilla, con motivo de las elecciones generales de 1980 estuvieron inscritos en el padrón poco menos de 40 mil peruanos que residían en el extranjero, pero en la última elección el número llegó a cerca de 450 mil electores diseminados por todo el orbe.

Es decir, los peruanos habilitados para votar en el extranjero se multiplicaron por más de diez, como ninguna circunscripción en el mismo período. Hoy los compatriotas que residen en el exterior se encuentran en el duodécimo lugar de la población electoral nacional. Es decir, concentran más electores que 14 departamentos: Ayacucho, Huanuco, Loreto, San Martín, por nombrar algunos. Sin embargo, se encuentran inadecuadamente representados, según el especialista en temas electorales.

"Los peruanos residentes en el extranjero votan por los candidatos limeños, pero no pueden representar a Lima, es decir, son votantes de segunda categoría, pues pueden votar pero no ser elegidos. Y no pueden hacerlo porque justamente no viven en Lima. ¿Pero, por qué votan por Lima y no por Piura, Cusco o Loreto? La consecuencia de todo esto es que nunca un congresista de Lima habla de los intereses y problemas de los 450 mil peruanos que viven en el extranjero, no siente que los representa. A su vez, estos no sienten tampoco que los 35 congresistas de Lima los representen", sostiene.

A su juicio el Perú requiere una urgente reforma electoral que solucione estos despropósitos y asigne a los residentes en el extranjero –cuyas remesas constituyen un aporte importante a la economía-, sus propios representantes, e incremente el número de parlamentarios en beneficio de las minorías sub-representadas.