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DÍA INTERNACIONAL DE LA NO VIOLENCIA

Tarea de todos
El 2 de Octubre del 2007, los 192 países pertenecientes a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acordaron por unanimidad celebrar el Día Internacional de la No Violencia, con el objetivo de recordar el mensaje del político y pacifista hindú Mahatma Gandhi, e intentando así sembrar una cultura de paz que involucre a todos en la tarea.
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DÍA INTERNACIONAL DE LA NO VIOLENCIA

Mahatma significa “Gran Alma”, ese fue el nombre que el poeta hindú Rabindranath Tagore dio a Gandhi gracias a su búsqueda por el equilibrio pacífico en la India. La ONU determinó celebrar el 2 de octubre la No Violencia ya que, hace 140 años, ese día Mahatma Gandhi nació. Tenemos entonces la oportunidad de reflexionar sobre qué implica una cultura No Violenta, y cómo sería posible hacerla realidad.

¿Será un idealismo casi utópico para la humanidad? o ¿será una manipulación social con fines netamente políticos y económicos?. Más allá de los intereses que en su momento movilizaron a Gandhi, la fecha resulta interesante si la llevamos a un plano más cotidiano y personal. La violencia es parte de nuestra cultura, está enraizada en las formas y modos, alentada por estímulos exógenos y necesidades internas.

Sin embargo, cómo convertir esta metodología violenta de vivir en una no violenta. Qué implicancias tendrían modificar cada pequeño acto que desata la violencia.

Podríamos empezar definiendo el término, violencia significa en la semántica más formal, acción de utilizar la fuerza y la intimidación para conseguir algo, es decir, es una técnica.

La intolerancia produce, la mayoría de veces, violencia. El cansancio frente a una situación que no se soporta, la desesperación por no conseguir el control, la pérdida de poder, el haber sufrido de abusos... estos sentimientos se traducen en acciones que alimentan día a día la identidad violenta de la ciudad.

Frustración al observar a las autoridades en actos de corrupción, la impotencia acumulada de una población indígena que es aventajada sin respeto, la certeza de saber que las desigualdades se afianzan en círculos cerrados. Esa vida en círculos que tiene a muchas personas dando vueltas en la misma dirección sin llegar  nunca a nada.

UNA VOZ EMPIEZA UNA CORRIENTE

En este contexto se nombra el Día Internacional de la No Violencia, pero hace falta mucho más que un día para generar un cambio verdadero. La No Violencia como práctica social surgió masivamente con Gandhi en la India de 1942, él esgrimió las políticas de resistencia pacífica frente a la invasión británica. Logró la independencia de su país en un proceso que duró más de tres años.

Sufrió encarcelamientos y ataques que lo enarbolaron como líder absoluto de la India durante su convulsión libertaria. Evitar la sangre en el conflicto fue la máxima que promulgó Gandhi, manejó a la fuerza inglesa mediante el ayuno y las huelgas de hambre, formas de oposición que eran elementos claves de su lucha no violenta.

La No Violencia como agente de cambio social cuenta con acciones concretas que pretenden eludir la represión del dominador, el boicot a un producto o una empresa considerada agresora, el bloqueo físico de carreteras o caminos, las manifestaciones en puntos estratégicos en la ciudad y la desobediencia civil como respuesta a una ley o decreto considerado injusto, ateniéndose a las consecuencias que la rebeldía produzca.

Otro representante del movimiento no violento es Martin Luther King, quien, al igual que Gandhi, respondió a la discriminación racial y la estigmatización social.

Adquiriendo la categoría de icono popular con su “Marcha en Washington”, en agosto de 1963, en la cual 250,000 personas caminaron hacia el Capitolio para solicitar la igualdad de derechos para la población afroamericana.

En los escalones del monumento a Lincoln, pronunció su discurso “Yo tengo un sueño”, arrancando lágrimas y conmoción en los asistentes. Una manifestación que no tuvo un solo muerto ni herido. Las palabras más emotivas fueron, "Tengo el sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel, sino por la firmeza de su carácter".

La efectiva acción de los métodos no violentos en la mayoría de casos produce un cambio, posiblemente no el cambio que sus visionarios ambicionan, pero si se aviva la conciencia de la sociedad frente a problemáticas que se asumen como naturales siendo injustas. Un año después de la “Marcha en Washington”, se promulga la Ley de Derechos Civiles.

NUESTRA VIOLENCIA

Se ha hecho habitual asignar días especiales a las situaciones no resueltas en la sociedad, tenemos un día para todo. Esto es importante si se cumple el objetivo de la correcta difusión de la problemática y, sobretodo, las vías de solución. Hablar de la No Violencia no debe suponer que todos encabecemos movimientos disuasivos o accionares políticos.

Que repentinamente nos convirtamos en extremistas defendiendo alguna causa perdida, no, la corriente de opinión que deberíamos construir sería aquella que también nos beneficie y produzca satisfacciones personales. Estamos en un mundo con mucha inequidad social, es cierto, pero qué podemos hacer realmente por ella.

Palabras abundan en materia de lucha contra la violencia, pero las muertes se siguen dando, los asesinatos pasionales son titulares de todos los días, ¿qué está faltando? El Movimiento Homosexual de Lima señala que 40 personas entre gays, bisexuales y travestis han sido asesinadas en los últimos tres meses por su opción sexual.

Es decir, están muertas por una decisión personal que alguien no quiso respetar, que alguien consideró menos importante que la suya. Debemos reconocer que nuestra cultura no nos adiestra en la tolerancia, sino fomenta las maneras extremas. No apelamos jamás a la coherencia, a la razón que está por encima de la opinión.

UN LENGUAJE NUEVO

Entonces vemos que la no violencia podría traducirse en el lenguaje con el que formemos a los niños, en el idioma que ellos escuchen las razones, argumentos y modos que no vulneren al otro. Que no atropellen las libertades del otro. Es más sencillo de lo que creemos. Es absurdo seguir creyendo que la violencia se erradicará con más violencia.

Que un conflicto se debe sofocar con un grito, que una travesura se debe reprimir con un golpe, que un atolladero en el tránsito se debe combatir con las bocinas o que una diferencia se puede absolver con el puño alzado. Podemos empezar incorporando pequeñas acciones que sumadas darán un resultado más positivo, con menos fricción.

El 10 de noviembre de 1998, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró los años 2001 al 2010 como el Decenio internacional de la promoción de una cultura de la no-violencia y la paz, en beneficio de los niños del mundo. Iniciativa que debe reflejar la esencia del problema. La atmósfera violenta que existe en muchas escuelas demuestra que son ellos quienes están absorbiendo esta cultura.

El “bullying” es el acoso escolar entre niños de la misma edad, una forma de violencia que empieza de manera sutil con burlas y leves agresiones que van tornándose peligrosas con el avance de los años. Las actitudes bravuconas son el primer aviso de que ese niño podría producir el acoso o una sistemática intimidación que va minando la autoestima de la víctima.

En países europeos o en los Estados Unidos la realidad del “bullying” ha sobrepasado los límites con una violencia que ha convertido los colegios en escenarios de asesinatos y suicidios. Una realidad que aún no conocemos pero que sin ser extrema es también violencia.

El maltrato entre los chicos es físico, básicamente, del más fuerte al más débil, entre las chicas la situación se torna más discreta, las agresiones verbales, la exclusión y el aislamiento social son las manifestaciones de un comportamiento agresor. Es importante reconocer que son las primeras expresiones de un comportamiento violento.

Es aquí donde podemos utilizar las herramientas de la no violencia, estando alertas, evitando reacciones que serán mañana actos de violencia contra un niño, una mujer, un homosexual, un heterosexual, una persona racialmente diferente, es decir, frenar la violencia antes que se genere.

Poner el parche antes que salga la herida. Las heridas producidas por la violencia física, verbal, sicológica o social son profundas y complejas, tardan años en sanar.

MÁS DATOS

Finalmente la No Violencia es un estilo de vida más que una actividad política, recordemos sus principios básicos:

- No Violencia no significa sumisión a la voluntad del agresor.
- No Violencia significa utilizar todas las fuerzas del alma contra la voluntad del tirano.
- No Violencia no es una justificación para la cobardía.
- La práctica de la No Violencia requiere más coraje que la práctica de las armas.

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