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REVISTA

DÍA DE LA CANCIÓN CRIOLLA

Con guitarra y cajón
En el Perú todo es muy particular... solo en nuestro país podrían confluir el Día de la Canción Criolla y Halloween en la misma fecha. Ambas expresiones de culturas diferentes, completamente opuestas, situadas en el mismo controversial punto. Pero qué haríamos sin estas fascinantes coincidencias que nos alimentan de gracia y auténtica identidad criolla.
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DÍA DE LA CANCIÓN CRIOLLA

DEL CALLEJÓN AL SALÓN

Todavía recuerdo con mucha intensidad el haber visto en varias oportunidades a Eva Ayllón en el Teatro Municipal, recuerdo la sensación de complacencia que experimentaba al recibir el impulso soberano de mi música, de mi identidad como limeña. El hermoso teatro, que espero pronto volvamos a disfrutar, repleto de un público ansioso y febril por escuchar las primeras guitarras y los golpes del cajón, acompañadas de la maravillosa interpretación de la señora Ayllón.

Nunca se borraron esas impresiones de mi memoria, ellas fueron mi primer contacto real con el criollismo, con esa esencia propia de peruanidad. La música es un canal abierto de mensajes ocultos, capaces de contagiar, impregnar y sellar los elementos necesarios para construir una identificación con un lugar. Ese proceso lo viví en mi adolescencia, y hasta hoy significa algo importante en mi manera de mirar mi ciudad y mi país.

El 31 de Octubre celebramos el Día de la Canción Criolla, una fecha que buscó colocar al criollismo en un lugar preferencial. La iniciativa fue del prestigioso periodista del diario El Comercio y criollísimo, Juan Manuel Carrera allá por los años cuarenta, quien dirigía el Centro Musical Carlos A. Saco. Bastión de la música criolla en ese entonces, su sueño era lograr que el acervo criollo tenga un día oficial y así rendir un eterno homenaje a los compositores, cantantes y músicos que gestaron nuestra música popular.

Con el apoyo del diputado Luis Felipe Andrade se consiguió, después de una perseverante insistencia, que el presidente Manuel Prado Ugarteche declarara el 18 de octubre de 1944 que el 31 de Octubre de todos los años sea declarado “Día de la Canción Criolla”.

Se escogió especialmente ese día porque necesitaban que la fiesta sea en una quincena para que la gente pueda disponer de dinero para la jarana de rompe y raja, y además tener un feriado al día siguiente, así las consecuencias de las bebidas espirituosas y la algarabía no traerían estragos en la vida laboral de la ciudad.

El día festivo del 1º de noviembre es el Día de todos los Santos, fecha en la que se recuerda a los difuntos, fue así que surgió la idea de realizar una romería de recuerdo ante la muerte de los compositores y músicos fallecidos; completando la celebración del criollismo con una peregrinación simbólica hacia la tumba de los cultores más queridos del género.

¿DULCE O TRUCO?

Halloween es la fiesta de las brujas y su inspiración nace del sincretismo de dos celebraciones, Samhain cuyo origen es Celta y la fiesta cristiana del Día de todos los Santos. En el Samhain se celebraba el fin de la temporada de cosecha, los antiguos celtas creían que era la conexión de este mundo con otro mundo. Creyendo incluso que los espíritus malignos y benignos podrían atravesar esa línea imaginaria entre ambos mundos en esa época del año.

De allí nace la tradición de usar trajes y máscaras, ya que así se escondían bajo la apariencia de espíritu maligno para evitar ser lastimados. En los Estados Unidos se popularizó esta fiesta, recibiéndola directamente de los inmigrantes irlandeses, convirtiéndola con los años en un evento de interés nacional, y por supuesto, comercial. Es así que el Perú fue contagiándose año a año del virus del Halloween.

También recibe una buena dosis de solemnidad católica al ser influenciada por el Día de todos los Santos, que se celebra el 1º de noviembre para recordar y resarcir a cualquier santo que haya quedado fuera del calendario litúrgico, es decir, que no tenga un día propio.

Como sea el caso son fiestas que celebran la muerte, el 1º de noviembre se acostumbra visitar los cementerios, en los barrios populares se suele llevar guitarra y cajón acompañando el recuerdo con un buen vals peruano.

La controversia por la identidad del 31 de octubre surge cuando, hace aproximadamente diez años, empieza a ganar terreno Halloween en desmedro del Día de la Canción Criolla. Se optó por las fiestas de disfraces antes que el cajón y el festejo, los niños invadieron las calles a la caza de chocolates y caramelos... siendo allí cuando la sangre corrió al río, y las calenturas se elevaron satanizando endemoniadamente al dulce y al truco, tildándonos, una vez más, como alienados.

NOCHE DE MÁSCARA O CAJÓN

Como el peruano no hay, y solo nosotros fuimos capaces de encontrar un equilibrio entre ambas celebraciones erradicando la furia y la bronca que muchas veces despierta la defensa de nuestros queridos criollos. ¿Qué le quita el disfraz y los dulces al valsecito y el zapateo? Personalmente creo que nada.

Muy por el contrario le aporta sazón y sabor a la celebración, al tener una flagrante competencia se requiere de más astucia y sobre todo poder de convencimiento para lograr calar en el espíritu de los jóvenes y niños.

Es un desafío por dar a conocer nuestra cultura a través de su música, contagiando positivamente a los más pequeños del ritmo y la alegría. Seguirá siendo una faena en pro de la identidad cultural y la construcción de un orgullo nacional libre de amarguras y recelos absurdos.

Desde los años veinte hasta los cuarenta, que fue reconocida oficialmente, la música criolla se forjaba en Centros Sociales Musicales estratégicamente situados en el centro de Lima, Barrios Altos y el Rímac, guardillas extraordinarias de compositores y cantantes que al unísono entonaban vibrantes valses.

Sacudían el ritmo negro que se alejaba de la melancolía serrana, creando algo únicamente costeño, vivo, jubiloso. Dos guitarras y un cajón bastaban para que la jarana comience. Los pioneros denominados “La Guardia Vieja”, artesanos de la voz y el compás, fueron los primeros en abrir los oídos a la música criolla, música de callejón al inicio, y después de salón.

Qué duda cabe que la música criolla merecía un día que nos obligara a recordar a Felipe Pinglo Alva, Rosa Mercedes Ayarza de Morales, Chabuca Granda, entre muchos. La importante presencia del compositor Felipe Pinglo Alva, hijo ilustre de Barrios Altos, cuna del criollismo, motivó la prolífica promoción del género. Dueño de un estilo inconfundible marcó un hito al componer más de 300 canciones entre valses y polkas, el ser zurdo lo obligó a tocar la guitarra a la inversa, siendo ésta posiblemente la razón de por qué alcanzó nuevos matices en su repertorio musical.

Al morir Felipe Pinglo en 1936, a los 36 años fue fundado en su homenaje el primer Centro Social Musical, “Felipe Pinglo Alva”. De allí en adelante temas como “El Plebeyo”, “Mendicidad”, “El huerto de mi amada” se convirtieron en referentes obligados de la música criolla. Su obra estimuló el interés por el género y produjo nuevos compositores que atesoraron su estilo profundo y sentido como parámetro creativo.

Hace unos días juramentó, en el Salón de los Espejos de la Municipalidad de Lima, el gran músico y compositor Manuel Acosta Ojeda como Presidente del Consejo Directivo del Centro Social Musical “Felipe Pinglo Alva”, siendo su objetivo más urgente crear el “Archivo Nacional de Música Popular Costeña”, y así lograr rescatar del olvido innumerables piezas que forman el valioso legado del criollismo.

CRIOLLO DE CORAZÓN... ¡SALUD!

El criollo se dispone a subir al escenario acompañado del sentimiento y la certeza absoluta de ser el salvaguarda de una cultura hecha canción, de ser el guardián de una época dorada para la música nacional. Es inevitable no sentir que el tiempo se detiene cuando valses como Sincera Confesión, del compositor Erasmo Díaz, suena, cuando su letra de profundo amor va derribando las barreras...

Cuando nuestros criollos arrinconan su tristeza unos segundos para mimetizarse en cuerpo y alma con el punteo de la guitarra, y al mismo tiempo la distancia que nos separa de las quintas de antaño llenas de música y fraternidad se evapora... por un instante al cerrar los ojos y escuchar ese vals, esa Lima vuelve, regresa en ese vibrato tan peruano y tan único... Quiero, vida, que comprendas que nuestro cariño es tan puro como el alma de inocente niño; que yo soy sólo de ti, que tú eres para mí la vida, la luz y el amor...

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