Sucedió en el fútbol argentino. Se enfrentaban Lanús contra Independiente, que al final lo ganaría el primero (2-1) en Avellaneda. De ahí, todo normal; sin embargo, previo al resultado y cuando se jugaba el primer periodo, el árbitro Germán Delfino recibió un 'pelotazo' en la cara por casualidad de Cristian Báez, lo cual provocó una hemorragia en la nariz y un ojo hinchado. Naturalmente, el partido se paró unos minutos y siguió su curso.