Nottingham.- La historia es simple. Un ladrón de maquinas pesadas no creyó en la vida más allá de la muerte o simplemente en el descanso eterno, luego que, en su huida, atravesara un cementerio llevándose todo a su paso.
Se trata de Stever Regan, de 34 años, a quien la policía dio una ardua persecusión por una serie de robos y, aunque suene ridículo por la gravedad de los hechos, especialmente por las infracciones de tránsito en su haber.
Tras ser capturado, con ayuda de patrulleros y helicópteros, el hombre arguyó que su temible acción fue producto de una posesión demoniaca. Y desde luego, la autoridades hicieron oidos sordos y lo capturaron.