Un grupo de científicos norteamericanos aseguran haber descubierto una hormona responsable de una parte de los beneficios del ejercicio físico para la salud y que, más adelante, podría emplearse para combatir los problemas de obesidad en las personas.
La investigación, publicada en la revista Nature, fue llevada a cabo por científicos de la Facultad de Medicina de Harvard y del Instituto de Cáncer Dana – Farber de Boston.
Ellos han revelado que el ejercicio físico estimula la producción de la hormona “irisin” que actúa sobre las células blancas del tejido adiposo.
El estudio, experimentado en ratones, demostró que el aumento de estas hormonas en la sangre se traduce en un incremento del gasto energético total, sin cambiar la cantidad de ejercicio o la ingesta de alimentos.
Es así que los ratones de laboratorio manifestaron en su organismo una mayor resistencia a sufrir de enfermedades como la diabetes y la obesidad.