Un estudio realizado por galenos del Centro Médico Erasmus en Rotterdam, Holanda, revela que los recién nacidos que crecen rápidamente en los primeros tres meses de vida tienen más posibilidades de contraer asma, probablemente a causa del “aumento acelerado de peso”.
En su investigación, que consistió en un seguimiento de los bebés por intervalos anuales para entrevistar a sus padres, notaron que los que crecieron rápidamente tenían 44% de posibilidades de desencadenar silbidos al respirar, 22% más probabilidad de padecer disnea (falta de aire) y 30% más de tener flemas persistentes.
De acuerdo a la BBC, por el contrario, no se halló conexión alguna entre el crecimiento acelerado con un caso de bajo peso en el útero.